Cada forma del cuerpo humano es un fenómeno complejo que esconde detalles y funciones exquisitos. En gran medida, la forma y el tamaño general de los seres humanos se definen por la configuración de la estructura ósea y la distribución de los músculos y la grasa. La estructura esquelética del cuerpo se desarrolla y finalmente se fija durante la adolescencia, generalmente entre los 13 y los 18 años, cuando las placas terminales de los huesos largos se cierran y cesa el crecimiento. En este punto, la forma del cuerpo humano básicamente no cambiará significativamente después de la edad adulta. Existen diferencias significativas en la forma del cuerpo entre diferentes géneros, especialmente la forma del cuerpo de las mujeres, lo que ha desencadenado complejas discusiones culturales e históricas. El término técnico para la ciencia de medir y evaluar la forma del cuerpo es "antropometría".
Durante la pubertad, los cuerpos masculinos y femeninos comienzan a sufrir una diferenciación sexual para adaptarse a las necesidades de la reproducción.
Durante la pubertad, los cuerpos masculinos y femeninos desarrollan diferencias significativas en respuesta a las necesidades reproductivas. En los seres humanos adultos, la masa muscular puede cambiar debido al ejercicio, mientras que la distribución de la grasa puede cambiar debido a las fluctuaciones hormonales.
Los hombres afectados por la testosterona durante la pubertad suelen desarrollar los siguientes rasgos esqueléticos faciales:
Sin embargo, algunos estudios lo cuestionan y sugieren que la testosterona puede reducir la prominencia de los pómulos en los hombres. Los niveles de testosterona de las mujeres son aproximadamente 1/15 de los de los hombres, lo que hace que los rasgos faciales de las mujeres sean menos obvios que los de los hombres y más cercanos a los de los niños prepúberes.
La estructura ósea determina la forma general del cuerpo humano y permanece esencialmente sin cambios a medida que maduramos. Generalmente, la altura media de los hombres es mayor, pero cuando se tiene en cuenta la altura, el análisis de la forma corporal se vuelve más objetivo. La longitud del hueso sigue siendo la misma, pero el ángulo de la articulación cambia durante el movimiento.
La figura se ve afectada por la distribución de la grasa corporal, que a menudo está relacionada con los niveles actuales de hormonas sexuales. A diferencia de la estructura ósea, la distribución de los músculos y la grasa puede cambiar con el tiempo, según los hábitos alimentarios, el ejercicio y los niveles hormonales.
En las mujeres, el estrógeno promueve la acumulación de grasa alrededor de las caderas, los muslos y las nalgas. Cuando las mujeres entran en la menopausia, el estrógeno producido por los ovarios disminuye y la grasa tiende a desplazarse de las caderas, los muslos y las nalgas hacia la cintura. Esto hace que las mujeres generalmente tengan cinturas más estrechas y caderas más grandes, creando una cintura diferente en comparación con la distribución de grasa de los hombres. Relación de cadera.
El efecto de almacenamiento de grasa del estrógeno en el cuerpo de las mujeres a menudo hace que la forma de su cuerpo muestre curvas más singulares.
Las formas del cuerpo femenino y masculino tienen un significado simbólico significativo en la sociedad y la cultura. El atractivo físico suele estar estrechamente relacionado con rasgos que se perciben como coherentes con el género de cada uno. Los estudios han demostrado que el índice de masa corporal (IMC), la relación cintura-cadera y, específicamente, la relación cintura-pecho en los hombres, se consideran en general más atractivos a los ojos de las mujeres.
La forma afecta la postura del cuerpo y la forma de andar, lo que también afecta en gran medida el atractivo físico. Porque la forma del cuerpo de una persona indica sus niveles hormonales durante la pubertad, lo que a su vez indica su fertilidad. Al mismo tiempo, una buena forma corporal suele indicar buena salud.
Según la Heart and Stroke Foundation de Canadá, las personas con cinturas más grandes (en forma de manzana) enfrentan mayores riesgos para la salud que aquellas con cinturas y caderas más redondas (en forma de pera). Si tienen forma de manzana, tienen más probabilidades de sufrir hipertensión arterial, diabetes tipo 2 y colesterol alto.
En la sociedad actual se utilizan diferentes formas de ejercicio para la salud física. Un error común en este momento es que el ejercicio específico puede reducir la grasa en áreas específicas. Sin embargo, la situación actual demuestra que este concepto es erróneo. Estos ejercicios pueden mejorar el tono muscular pero no reducirán específicamente la grasa en ciertas áreas. Si bien el exceso conduce a una mejora de la grasa corporal, esto depende de las hormonas, y la acumulación de grasa también depende de la acción de las hormonas.
Lo que sabemos sobre la forma del cuerpo humano está estrechamente relacionado con el género, la cultura y las expectativas sociales. ¿Cómo entender correctamente la forma de tu propio cuerpo en la vida diaria y considerarlo como un indicador de salud en lugar de un estándar de belleza es una cuestión que merece una consideración en profundidad?