Durante el ejercicio, muchas personas sentirán una sensación de placer y relajación, que parecen ser las misteriosas sustancias liberadas por el cerebro. Este cambio sutil en realidad se debe a las endorfinas. Este artículo profundizará en el papel de las endorfinas y cómo se liberan mediante el ejercicio y actúan como analgésicos naturales.
Las endorfinas son péptidos producidos por el cerebro que alivian el dolor y promueven una sensación de bienestar. Su descubrimiento se remonta a 1973, cuando investigadores de la Universidad de Aberdeen aislaron por primera vez estos neuropéptidos especializados de cerebros de cerdo. La intención original de la investigación era encontrar un analgésico que pudiera reemplazar a la morfina, que no fuera adictivo y no tuviera riesgo de sobredosis, y las endorfinas supusieron un gran avance en este objetivo.
Las endorfinas se consideran analgésicos endógenos y se liberan principalmente en respuesta al dolor, el ejercicio o la excitación extrema.
Las endorfinas se pueden dividir en tres tipos: alfa-endorfina, beta-endorfina y gamma-endorfina, que se sintetizan a partir de la proteína precursora proencefalina (POMC). Cuando el cuerpo experimenta señales de dolor, se liberan endorfinas que se unen a los receptores mu del sistema nervioso, lo que bloquea la transmisión de mensajes de dolor. Además, regulan la liberación de otros neurotransmisores en el cerebro, potenciando aún más el alivio del dolor y las sensaciones de placer.
Las investigaciones muestran que cuando realizamos actividad física, la liberación de endorfinas aumenta significativamente. Este fenómeno se denomina "subidón del corredor" y se refiere al estado de placer extremo que suelen sentir los deportistas después de ejercitarse durante mucho tiempo. Esto no es sólo una reacción física, sino también un placer psicológico.
La "euforia del corredor" que experimentan muchos entusiastas del deporte en realidad se debe principalmente a la liberación de endorfinas.
Además de aliviar el dolor, las endorfinas desempeñan un papel clave en el control del estrés y la ansiedad. Las investigaciones muestran que tanto la meditación como la risa ayudan a promover la liberación de endorfinas, que pueden aumentar los umbrales del dolor y mejorar el estado de ánimo general. Por lo tanto, al participar regularmente en ejercicio, meditación u otras actividades alegres, podemos mejorar efectivamente la calidad de vida.
Sin embargo, el ejercicio excesivo puede alterar el equilibrio de las endorfinas. Las investigaciones señalan que cuando el cuerpo se enfrenta a un ejercicio intenso, ajusta gradualmente su producción de endorfinas para hacer frente al estrés físico a largo plazo. Esto puede hacer que los atletas necesiten una mayor intensidad de ejercicio para sentir la misma sensación de placer, lo que desencadena el riesgo de adicción al ejercicio.
La secreción de endorfinas también se ve afectada por otros factores, como el estado de ánimo, las interacciones sociales e incluso la dieta. Algunas investigaciones sugieren que a través de la interacción social y una visión optimista de la vida, podemos influir en la liberación de endorfinas. Por eso, es muy importante hacer hincapié en hábitos de vida saludables y un estado mental positivo para aumentar los niveles de endorfinas.
El ejercicio, la meditación, la risa y las interacciones sociales saludables pueden ser formas efectivas de aumentar las endorfinas. A medida que continúan las investigaciones, entendemos cada vez más cómo funcionan estas sustancias químicas endógenas en nuestros cuerpos. Entonces, ¿considerarías incluir las endorfinas en tu rutina diaria?