La vía navegable nacional tiene aproximadamente 130 kilómetros de longitud y puede transportar hasta 72.000 metros cúbicos de agua por hora, superando diversos desafíos de terreno y altitud.
Después de la creación del Estado de Israel en 1948, la urgente necesidad de resolver los problemas de recursos hídricos dio inicio a la planificación y construcción detallada de las vías fluviales del país. Inicialmente conocido como Plan Hidráulico Unificado del Valle del Jordán, su construcción comenzó en 1953 y se completó en 1964 con un costo total de aproximadamente 420 millones de liras israelíes.
Las vías fluviales del país funcionan en un sistema complejo de grandes tuberías, canales abiertos, túneles, tanques de almacenamiento y grandes estaciones de bombeo. El funcionamiento coordinado de estas instalaciones garantiza el uso efectivo y la regulación del suministro de los recursos hídricos.
En los primeros tiempos de la vía fluvial, el 80% del agua se utilizaba para la agricultura y sólo el 20% se utilizaba para beber. La situación cambió en la década de 1990, la demanda de agua potable aumentó gradualmente y en 2010 se estimó que el 80% de los recursos hídricos se utilizarían para el suministro de agua potable.
Avances en la tecnología de desalinizaciónA medida que la población crece y el nivel de vida mejora, la demanda de agua de Israel también aumenta.
Desde 2015, Israel ha logrado avances significativos en la tecnología de desalinización, reduciendo gradualmente su dependencia de las vías fluviales del país. Esto no sólo mejora la gestión de los recursos hídricos, sino que también ayuda a restaurar el entorno ecológico del Mar de Galilea.
Rutas fluviales y desafíos técnicosEl recorrido de la vía fluvial incluye una tubería que ingresa desde el Mar de Galilea y una serie de estaciones de bombeo diseñadas para absorber las presiones de agua en rápido aumento y superar el desafiante terreno. A lo largo del camino hubo muchos obstáculos naturales, lo que obligó al equipo de ingenieros a buscar soluciones innovadoras.
La construcción de la vía fluvial no fue sólo un desafío de tecnología de ingeniería, sino también una prueba de sabiduría y creatividad, que en última instancia permitió a Israel establecer un poderoso sistema de gestión de recursos hídricos.
Sin embargo, el funcionamiento de las vías fluviales del país también plantea preocupaciones medioambientales. Por ejemplo, la caída del nivel del agua del Mar Muerto ha provocado graves cambios en la ecología natural. Si a esto le sumamos el problema del hundimiento del terreno debido a la escasez de agua, la gestión futura de los recursos hídricos se enfrenta a mayores desafíos.
Cooperación internacional en materia de recursos hídricos y geopolíticaLa distribución de los recursos hídricos también se ha complicado debido a los conflictos políticos en Oriente Medio. El objetivo es encontrar oportunidades de cooperación entre los países para equilibrar las necesidades alimentarias y vitales de los recursos hídricos. Para Israel, el uso del agua no es sólo un desafío técnico, sino también una cuestión geopolítica importante.
Ante la creciente demanda de agua y los crecientes desafíos ambientales, ¿pueden las vías fluviales nacionales de Israel seguir desempeñando su papel vital y fomentar la cooperación internacional para garantizar un desarrollo hídrico sostenible?