El amoniaco, también conocido como solución acuosa de amoniaco, hidroxilo de amoniaco o amoniaco líquido, es una solución de amoniaco y agua con la fórmula molecular NH3(aq). Aunque el nombre "aminohidroxi" implica una sal (NH4OH), en realidad es imposible aislar una muestra de aminohidroxi. En soluciones extremadamente diluidas, la proporción de iones NH4+ y OH− es extremadamente pequeña. La concentración de amoniaco generalmente se mide en grados Baumé, y una solución de amoniaco al 30% en productos comerciales equivale aproximadamente a 26 grados Baumé.
En solución acuosa, el amoníaco desprotona una pequeña porción de agua para formar amoníaco e hidróxido. La reacción de equilibrio de este proceso se puede expresar mediante la siguiente fórmula:
NH3 + H2O ⇌ NH4+ + OH−
. En agua con amoniaco 1 M, aproximadamente el 0,42% del amoniaco se convierte en iones de amonio, lo que significa que su pH es de aproximadamente 11,63.
Las propiedades básicas del amoníaco lo hacen importante en una variedad de aplicaciones, pero también tiene peligros potenciales.
Al igual que otros gases, la solubilidad del amoníaco en un disolvente disminuye a medida que aumenta la temperatura del disolvente. A 15,6 °C (60,1 °F), una solución saturada de amoníaco tiene una densidad de 0,88 g/ml y contiene 35,6 % de amoníaco; a medida que aumenta la temperatura, la concentración molar de la solución saturada disminuye y la densidad aumenta. Cuando se calientan soluciones saturadas, se libera gas amoniaco, lo que requiere precauciones de seguridad especiales a temperaturas elevadas.
A diferencia del amoníaco anhidro, el amoníaco acuoso tiene aplicaciones relativamente limitadas en las pantallas fuera de los agentes de limpieza. Se utiliza principalmente en productos de limpieza domésticos e industriales. El amoniaco se utiliza ampliamente para limpiar superficies como vidrio, porcelana y acero inoxidable.
Las propiedades limpiadoras del amoníaco lo convierten en un componente común de los limpiadores domésticos. Estos productos pueden venderse puros o mezclados con otros ingredientes. Durante el proceso de limpieza con amoníaco, a medida que el agua se evapora, el amoníaco también se evapora, lo que puede mantener la superficie limpia y sin rayas.
Los expertos advierten que los limpiadores que contienen amoníaco no deben mezclarse con ningún producto que contenga cloro para evitar la creación de gas cloramina tóxico.
En el tratamiento del agua, se utiliza amoniaco para generar cloraminas, que actúan como desinfectantes y permanecen activas durante más tiempo en el agua potable que la cloración directa. El amoniaco también se utiliza en la producción de alimentos como regulador de la acidez y, históricamente, como agente leudante para galletas.
En el laboratorio, el amoníaco se utiliza como reactivo analítico cualitativo tradicional y a menudo se emplea para disolver residuos de óxido de plata y también puede emplearse para limpiar joyas de metales preciosos. Sin embargo, tenga en cuenta los posibles efectos negativos sobre ciertas piedras preciosas.
Los peligros de las cloraminasLas cloraminas son gases formados por la reacción del amoníaco y el cloro, y su toxicidad significa que el amoníaco debe utilizarse con extrema precaución. Mezclar amoniaco con productos que contienen cloro puede liberar gas cloramina, que puede causar problemas respiratorios e incluso ser mortal. Por lo tanto, al utilizar productos con amoníaco, es muy importante evitar el contacto con cualquier limpiador que contenga cloro.
Aunque el amoníaco tiene muchas aplicaciones en la vida diaria, no se pueden ignorar sus peligros potenciales. ¿Se trata de un nuevo desafío provocado por el progreso científico y tecnológico, o es una revelación de que la gente debería tener una comprensión más profunda de las sustancias químicas?