La isquemia cerebral es una afección en la que el suministro de sangre al cerebro es insuficiente para satisfacer sus necesidades metabólicas. Esta afección provoca un suministro insuficiente de oxígeno, lo que puede provocar la muerte del tejido cerebral o un infarto cerebral (accidente cerebrovascular isquémico). Los síntomas de la isquemia cerebral pueden incluir problemas de visión, problemas de movimientos corporales y dificultad para hablar, que no sólo afectan la calidad de vida del paciente sino que también pueden causar daños a largo plazo.
Los efectos dañinos de la isquemia cerebral se concentran en regiones específicas del cerebro, dependiendo del tipo y extensión de la isquemia.
La isquemia cerebral se puede dividir en dos formas: isquemia local e isquemia global. La isquemia regional afecta sólo a un área específica del cerebro, mientras que la isquemia global afecta a múltiples áreas del cerebro. Cuando el flujo sanguíneo se interrumpe durante más de 10 segundos, el paciente puede perder el conocimiento; si se interrumpe durante más de unos minutos, suele provocar un daño cerebral irreversible;
Los síntomas de la isquemia cerebral están relacionados con áreas del cerebro que están privadas de oxígeno en la sangre. Por ejemplo, cuando las arterias de las ramas de la arteria carótida interna son isquémicas, pueden aparecer síntomas como ceguera en un ojo y debilidad en un lado de las manos y los pies. En casos de isquemia de la arteria vertebral, los pacientes pueden experimentar síntomas como mareos, visión doble o debilidad bilateral.
Los síntomas de la isquemia pueden variar desde segundos hasta minutos y horas; si se produce un daño irreversible en el cerebro, estos síntomas pueden volverse permanentes.
Durante la isquemia, si las células no pueden obtener los gases y nutrientes necesarios, comenzarán a morir rápidamente, lo que tendrá graves consecuencias. En algunos casos, la isquemia acumulada puede provocar depresión vascular, lo que es cada vez más preocupante, especialmente en pacientes de edad avanzada.
La isquemia cerebral tiene varias causas, incluida la anemia de células falciformes, anomalías cardíacas y arteriosclerosis, que son todos factores de riesgo. Estas lesiones provocan una restricción del suministro de sangre, de modo que el cerebro no recibe suficiente suministro de oxígeno, provocando isquemia. La formación de placas en las arterias y la formación de trombos son causas importantes de isquemia cerebral.
La compresión de los vasos sanguíneos en el cerebro a menudo provoca isquemia y los trombos pueden bloquear completamente el flujo sanguíneo, empeorando aún más la afección.
La aparición de isquemia cerebral hace que el cerebro sea incapaz de llevar a cabo eficazmente el metabolismo aeróbico y la pérdida del suministro de energía conduce a la rápida muerte de las neuronas. Cuando se interrumpe el flujo sanguíneo, el gradiente electroquímico de las células se desequilibra, lo que provoca que una gran cantidad de iones de calcio fluyan hacia el interior de las células, lo que a su vez desencadena una serie de reacciones de muerte celular.
El diagnóstico de isquemia cerebral generalmente requiere pruebas de imagen, como resonancia magnética o tomografía computarizada, para determinar el alcance y la naturaleza de la isquemia. Además, los biomarcadores han demostrado potencial para predecir y diagnosticar el accidente cerebrovascular isquémico.
El fármaco más utilizado actualmente para el tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico agudo es la alteplasa (t-PA), y su administración oportuna puede ayudar a mejorar la afección. Además, la terapia de apoyo y el tratamiento sintomático también son parte integral. Mantener la presión arterial sistémica y evitar las crisis epilépticas son medidas importantes para promover la recuperación del tejido cerebral.
Según una nueva investigación, la hipotermia terapéutica muestra cierto potencial después de la isquemia cerebral, aunque actualmente la evidencia es limitada. Más importante aún, la conciencia de las posibles consecuencias a largo plazo de la isquemia y la hipoxia es clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
En la sociedad actual, comprender los conocimientos relevantes sobre la isquemia cerebral no sólo puede aumentar el estado de alerta, sino también prevenir accidentes de forma eficaz. ¿Sabe lo suficiente sobre la salud del cerebro para protegerse de la amenaza de la isquemia?