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El secreto tóxico escondido en el árbol de la pizarra: ¿Sabes cuánto afecta a tu organismo?
El árbol de la pizarra (Alstonia Scholaris), también conocido como árbol del erudito, árbol de la leche o árbol del diablo, es un árbol tropical de hoja perenne perteneciente a la familia de las Solanáceas. Es originario del sur de China, Asia tropical (principalmente el subcontinente indio y. Sudeste Asiático) y Australasia, muy utilizada como planta ornamental. Aunque el árbol de la pizarra es una planta venenosa, se utiliza en la medicina tradicional para tratar una variedad de enfermedades y dolencias. En la India se le llama "Saptaparna" y se le considera el segundo árbol sagrado del jainismo.
El árbol de la pizarra es una planta muy singular y su tronco triangular llama especialmente la atención en zonas como Nueva Guinea.
Características del árbol
El árbol de la pizarra puede crecer hasta 40 metros (130 pies) de altura. La corteza madura es gris y las ramas jóvenes están cubiertas de estomas. Las hojas son lisas en la superficie superior y grises en la parte inferior, y generalmente crecen en anillos de tres a diez hojas. Las hojas tienen forma de ovalada a espatulada estrecha, en forma de cuña en la base y generalmente redondeadas en la parte superior, de hasta 23 cm (9,1 pulgadas) de largo y 8 cm (3,1 pulgadas) de ancho. Sus flores florecen en octubre y tienen una fragancia fuerte, similar a la del nardo.
Rango de distribución
El árbol de la pizarra tiene una amplia gama de adaptaciones que abarcan China, el subcontinente indio (como Bangladesh, India, Nepal, Pakistán y Sri Lanka) y el sudeste asiático (como Camboya, Laos, Indonesia, Malasia, Myanmar, Filipinas, Tailandia y Vietnam) y Oceanía (como Papua Nueva Guinea y Queensland, Australia). En la India, el árbol de la pizarra se designa como el árbol del estado de Bengala Occidental y se lo conoce localmente como el "árbol Chhatim".
Efectos tóxicos
Aunque el árbol de la pizarra se utiliza mucho en la medicina tradicional, en realidad es una planta venenosa. Altas dosis de extractos de plantas han mostrado signos de causar daños importantes a los órganos en experimentos con ratas y ratones. Según el estudio, la toxicidad está relacionada con la parte de la planta estudiada, y la temporada de cosecha también es un factor importante: la corteza recolectada durante la temporada de los monzones es la menos tóxica, mientras que la corteza recolectada en el verano es la más tóxica. La toxicidad de la administración intraperitoneal es significativamente mayor que la de la administración oral.
La toxicidad puede estar relacionada con el alcaloide "equitamina" en la corteza, que se detectó en todas las muestras y se comercializa como medicina herbaria.
Composición química
La corteza del árbol de pizarra contiene varios alcaloides, entre ellos la solanina, la equitamina, etc. Entre ellos, la equitamina es el más importante y se considera que tiene valor comercial. La presencia de estos compuestos ha hecho que el árbol de la pizarra sea de gran interés en la comunidad médica, pero también ha puesto de relieve su potencial toxicidad.
Propósito
La madera del árbol de la pizarra se recomienda para fabricar lápices debido a su idoneidad, rápido crecimiento y facilidad de cultivo. En Sri Lanka, su madera clara se utilizaba para fabricar ataúdes. Y en Borneo, la madera de sus raíces se utiliza como boyas para redes de pesca y utensilios domésticos. En las antiguas leyendas budistas, se dice que el primer Buda alcanzó la iluminación bajo el árbol de la pizarra. Esto muestra la importancia de este árbol en la cultura.
En la India, las hojas del árbol de la pizarra se entregan a los graduados en las ceremonias de graduación. Esta es una tradición cultural iniciada por Rabindranath Tagore y simboliza el viaje de aprendizaje y adquisición de conocimientos.
Aunque el árbol de la pizarra se usa ampliamente en la medicina tradicional y alguna vez se pensó que tenía un impacto sobre la malaria, los resultados experimentales finales mostraron que tiene poco efecto sobre el patógeno que causa la diarrea. Esta dualidad en el mundo vegetal ha despertado más atención y pensamiento: ¿Cómo debemos tratar las plantas en la naturaleza que son a la vez curativas y tóxicas?
