Una corriente de pesca es un tipo específico de corriente que se encuentra comúnmente cerca de playas donde rompen las olas. Esta corriente mueve el agua de manera fuerte, localizada y estrecha desde la orilla directamente al mar, de manera muy parecida a como un río fluye hacia el océano. La fuerza de las corrientes de pesca es más fuerte y rápida en la superficie, lo que la hace extremadamente peligrosa para los nadadores. Los nadadores que no comprenden las características de las corrientes de pesca pueden agotar sus energías debido al pánico, o incluso rechazar la realidad e intentar nadar directamente contra la corriente. Por ello, las corrientes pesqueras se convierten en uno de los principales motivos de rescate por parte de los socorristas en la playa.
Las corrientes pesqueras provocan una media de 71 ahogamientos cada año, lo que sirve como aviso de los posibles peligros de inundaciones.
Las corrientes de pesca se forman cuando el viento y las olas empujan el agua sobre el nivel del mar hacia la costa, lo que provoca un aumento del nivel del agua local. Este exceso de agua tiende a seguir el camino de menor resistencia de regreso al océano. Cuando aparecen canales formados por la profundidad del agua (como huecos en las playas del fondo marino o huecos en los arrecifes), el agua puede fluir más fácilmente hacia el océano, formando así corrientes de pesca. Este exceso de agua fluye a lo largo de la costa en dirección a la corriente pesquera, la llamada "corriente de suministro". Una vez que esta corriente sale de la zona de ruptura, se dispersa y pierde potencia gradualmente.
Las corrientes de pesca son potencialmente peligrosas para las personas que se encuentran en aguas poco profundas, ya sean nadadores u otras actividades acuáticas. En los Estados Unidos, los incidentes de rescate causados por las corrientes de pesca representan el 80% de la carga de trabajo de los salvavidas. La velocidad de la mayoría de las corrientes de pesca es de aproximadamente 0,5 metros (1,6 pies) por segundo, pero puede alcanzar los 2,5 metros (8,2 pies) por segundo, que es más rápida que la velocidad de natación humana. Los nadadores que no comprenden los métodos de escape adecuados pueden intentar luchar directamente contra la corriente de pesca, lo que en última instancia resulta en agotamiento.
En los arroyos de pesca, las muertes por ahogamiento a menudo se deben al pánico del nadador o a habilidades insuficientes en el agua.
Los bañistas arrastrados por las corrientes de pesca deben, en primer lugar, mantener la calma. Si se está adentrando rápidamente en el mar, no se asuste porque la corriente de pesca no le arrastrará al agua. De hecho, los nadadores pueden escapar fácilmente de las corrientes de pesca nadando de lado (paralelo a la orilla). La mayoría de las corrientes de pesca son relativamente estrechas y pueden salir de ellas con unos pocos movimientos de nado. Pero una vez que los nadadores están fuera del alcance de la corriente pesquera, regresar a la orilla ya no es difícil porque las olas los empujan hacia la playa.
Los deportistas acuáticos experimentados pueden identificar fácilmente las corrientes de pesca mediante ciertas características visuales, incluidas las roturas de las olas, áreas aparentemente suaves en el agua o cambios de color. Comprender las características visuales de las corrientes de pesca puede ayudarle a evitar aguas peligrosas antes de llegar al agua. En algunas playas de Estados Unidos se han colocado carteles diseñados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Asociación Estadounidense para Salvar Vidas para enseñar a las personas cómo identificar las corrientes de pesca y escapar.
Es importante que quienes están a punto de adentrarse en el mar comprendan los peligros de las corrientes pesqueras, identifiquen sus características y los métodos correctos de respuesta. ¿Estás preparado para protegerte en aguas tan peligrosas?