La enfermedad de Stargardt es la enfermedad retiniana hereditaria de un solo gen más común, que se caracteriza principalmente por un deterioro progresivo de la visión y generalmente comienza en adolescentes o adultos. La enfermedad es conocida por su patrón de herencia único, afectado por mutaciones en el gen ARCA4, que causa la degeneración macular.
El síntoma principal de la enfermedad de Stargardt es una fuerte disminución de la visión, que es difícil de corregir con gafas. Los pacientes pueden sufrir visión ondulada, puntos ciegos, pupilas borrosas y mala adaptación.
La fisiopatología de la enfermedad de Stargardt implica defectos en el gen ABCA4. Las variaciones en este gen conducen a un metabolismo anormal de la vitamina A en la retina, lo que acelera la acumulación de sustancias tóxicas que se cree que son la principal causa del daño celular de la retina. Dicho daño celular hace que la capacidad de la retina para detectar la luz disminuya, lo que empeora la visión del paciente.
Con el avance de la tecnología de pruebas genéticas, el diagnóstico de la enfermedad de Stargardt ya no se basa únicamente en las manifestaciones clínicas. En diferentes individuos, la combinación de variantes genéticas determina la edad de aparición y la rapidez con la que progresa la enfermedad. Por lo tanto, el diagnóstico basado en el nivel genético no sólo puede identificar con precisión la enfermedad de Stargardt, sino también prevenir eficazmente diagnósticos erróneos.
En un estudio, el 35 % de los pacientes a los que se les había diagnosticado la enfermedad de Stargardt basándose en un examen físico descubrieron posteriormente que habían sido diagnosticados erróneamente como resultado de pruebas genéticas.
Actualmente no existe una terapia genética específica para la enfermedad de Stargardt. Sin embargo, los médicos aconsejan a los pacientes que tomen medidas preventivas para frenar la progresión de la enfermedad. Por ejemplo, evite el exceso de vitamina A, reduzca la exposición a la luz nociva y mantenga un estilo de vida saludable. Aunque los tratamientos aún están en desarrollo, algunos casos han demostrado que la terapia celular puede mejorar la visión: el 94,1% de los pacientes en ensayos clínicos observaron una mejora o una visión sin cambios.
Según un estudio epidemiológico de 2017, la incidencia de la enfermedad de Stargardt es aproximadamente de 1 a 1,28 casos por cada 10.000 personas, y la mayoría de los pacientes mostrarán síntomas antes de los 20 años. Sin embargo, la enfermedad no tiene ningún impacto en la salud general de los pacientes y muchos pacientes tienen una esperanza de vida similar a la de la población general.
Actualmente se están realizando muchos ensayos clínicos sobre posibles tratamientos, incluida la terapia génica, la terapia con células madre y las retinas artificiales. Los investigadores esperan que estos enfoques innovadores reviertan con éxito las lesiones, mejoren la visión de los pacientes y reduzcan la progresión de la enfermedad. A partir de una investigación en profundidad sobre ABCA4 y genes relacionados, es posible que podamos encontrar pistas para resolver este problema y promover la esperanza de restaurar la visión.
La investigación sobre la enfermedad de Stargardt ha revelado gradualmente sus complejos antecedentes genéticos y mecanismos patológicos. Entonces, con el avance de la tecnología de tratamiento, ¿podremos encontrar un plan de tratamiento eficaz en un futuro próximo para ayudar a los pacientes a recuperar la vista? ?