La esquizofrenia infantil, también conocida como esquizofrenia de aparición temprana, tiene características similares a la esquizofrenia adulta, pero la edad de aparición suele ocurrir antes de los 13 años. Esta condición sigue siendo un desafío en la práctica clínica debido a las dificultades de diagnóstico.
La esquizofrenia se caracteriza por síntomas positivos como alucinaciones, delirios y habla desorganizada, así como por síntomas negativos como afecto plano y disgusto.
Los síntomas de la esquizofrenia en los niños, como las alucinaciones auditivas y visuales, los delirios y los comportamientos anormales, tienen un impacto profundo en la vida de los niños y los obstaculizan gravemente social y académicamente. A pesar de estos síntomas, los niños tienen capacidades limitadas de pensamiento y expresión, lo que hace que identificarlos sea un desafío.
El proceso de diagnóstico de la esquizofrenia infantil implica múltiples factores, incluido el historial médico, el examen detallado realizado por un psiquiatra, la exclusión de diversas causas médicas y los informes de observación de los cuidadores y las escuelas. En muchos casos, incluso es necesario obtener los propios informes de los pacientes.
El diagnóstico se hace más difícil porque los síntomas se superponen con otros trastornos del desarrollo, como el trastorno del espectro autista y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
En muchos casos, el desarrollo temprano de la esquizofrenia en niños puede confundirse con un curso de desarrollo temprano normal o casi normal. Aunque muchos niños desarrollan intereses y creencias extrañas, esto no significa necesariamente que desarrollarán esquizofrenia en el futuro.
Los primeros signos de esquizofrenia en niños pueden incluir retrasos en el lenguaje y el desarrollo motor. Algunos niños experimentan temblores o balanceo de brazos y piernas y, a menudo, se sienten ansiosos o confundidos. Sus alucinaciones a menudo son indistinguibles de la simple imaginación o el juego, lo que hace que el diagnóstico temprano sea particularmente difícil. Para estos niños, las alucinaciones auditivas son uno de los síntomas más comunes y pueden incluir voces que creen que les están hablando.
Más de la mitad de los niños con esquizofrenia padecen delirios, que a menudo son más simples y menos sistemáticos que los de los adultos.
Esta situación suele ir acompañada de síntomas negativos, como emoción plana, apatía, falta de interés, etc., que pueden afectar significativamente a su vida diaria y a su capacidad de aprendizaje.
Muchos factores ambientales, incluidas las complicaciones durante el embarazo y las infecciones en la madre durante el embarazo, pueden influir en la causa de la esquizofrenia en los niños. Las investigaciones sugieren que la exposición a infecciones como la rubéola o la influenza durante el embarazo puede estar relacionada con la esquizofrenia de aparición temprana. Existe evidencia de que estas infecciones pueden provocar un desarrollo cerebral anormal o una función cognitiva reducida. Además, también se cree que los factores genéticos son importantes, ya que los miembros de la familia que padecen esquizofrenia corren un mayor riesgo.
Los parientes cercanos, especialmente los familiares directos, que desarrollan la enfermedad por primera vez tienen más probabilidades de ser diagnosticados con esquizofrenia.
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), el diagnóstico de esquizofrenia requiere que el paciente experimente síntomas específicos durante un período de tiempo, como delirios, alucinaciones o habla desorganizada. Los niños con estos síntomas generalmente necesitan una evaluación integral, que incluye un examen físico, pruebas de laboratorio y una evaluación psicológica. Además, los profesionales observan y recopilan información basándose en los comentarios de familias y profesores.
El tratamiento para la esquizofrenia en niños generalmente incluye psicoterapia individual y medicación. La comunidad médica todavía está explorando activamente cómo tratar eficazmente estas enfermedades. Muchos tratamientos están diseñados para ayudar a los niños y las familias a enfrentar la situación y mejorar su capacidad de adaptarse a la sociedad.
La identificación e intervención tempranas se consideran clave para un tratamiento exitoso.
En general, la esquizofrenia infantil es un trastorno mental complejo y difícil de diagnosticar. A medida que se profundice la comprensión de la enfermedad, también mejorarán las capacidades de los profesionales en el diagnóstico y tratamiento. Ante este desafío, no podemos evitar pensar: ¿cómo podemos brindar mejor apoyo y comprensión a estos niños?