Ares I es un vehículo de lanzamiento tripulado desarrollado por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) en su programa Constellation. El nombre del lanzador "Ares" proviene de Ares, el dios de la guerra en la mitología griega, que corresponde a Marte, el dios de la guerra en la mitología romana. Este nombre no sólo hace eco de su objetivo: el coraje y el desafío de la exploración humana del espacio, sino que también implica un antiguo significado mítico, que simboliza el espíritu de exploración valiente e intrépido de la humanidad.
Ares I fue diseñado para apoyar futuras misiones espaciales tripuladas, especialmente expediciones planificadas a la Luna y Marte.
En el diseño original, Ares I se llamaba "Vehículo de lanzamiento de tripulación" y fue diseñado especialmente para la nave espacial tripulada "Orion" para misiones espaciales, especialmente actividades de exploración espacial después de 2011. Ares I está destinado a complementar el vehículo de lanzamiento no tripulado Ares V, de mayor tamaño, que transporta carga al espacio. La NASA seleccionó el diseño de Ares principalmente por su seguridad, confiabilidad y rentabilidad.
Sin embargo, este ambicioso plan fue cancelado por el entonces presidente estadounidense Barack Obama en 2010. Esto terminó oficialmente con la aprobación de la Ley de Autorización de la NASA de 2010. Desde entonces, la NASA ha definido su nuevo sistema de lanzamiento espacial como un vehículo para la futura exploración humana más allá de la órbita terrestre.
En 1995, un informe del Estudio de sistemas de transporte avanzado (ATSS) de Lockheed Martin elaborado para el Centro Marshall de vuelos espaciales señaló que el diseño del Ares I era similar a varios vehículos potenciales que tenían la segunda etapa del cohete líquido y el cohete sólido cargado. Booster (SRB) como primera etapa. La posterior "Investigación sobre la arquitectura del sistema de exploración" propuso el concepto de "vehículos de exploración tripulados". La NASA espera explorar cómo mejorar la flexibilidad de sus naves espaciales tripuladas y apoyar los planes de exploración de la Luna y Marte.
Ares I se considera el componente de lanzamiento tripulado para respaldar el plan de la constelación. Coopera con Ares V y está diseñado profesionalmente para diferentes tareas.
Ares I está diseñado en base a la investigación de la NASA sobre seguridad y capacidad de carga, proporcionando ventajas sobre otros sistemas de lanzamiento existentes. Inicialmente, el diseño de la primera etapa de este cohete se basó en un propulsor de cohete sólido de cuatro etapas. Después de muchas pruebas, finalmente se agregó cinco etapas para mejorar la propulsión. Ares heredé un diseño y una arquitectura similares entre Galileo y los programas de alunizaje Apolo.
En términos de selección de contratistas, la NASA contrató a Alliant Techsystems, que construye el propulsor de cohetes sólidos del transbordador espacial, como contratista principal de Ares I. Boeing es responsable de la instalación del equipo electrónico del cohete. Esta serie de opciones no sólo demuestra la determinación de la NASA de buscar avances futuros basados en misiones pasadas exitosas, sino que también se esfuerza por lograr la controlabilidad financiera.
En términos de sistema de propulsión, Ares I planea utilizar el motor de cohete J-2X diseñado por Rocketdyne. Este motor arrancará en tierra y en un entorno cercano al vacío, y ha sido mejorado técnicamente. Este motor está destinado a reducir los costos operativos y aumentar la flexibilidad de lanzamiento, al igual que el motor J-2 del programa Apollo.
El diseño de Ares I no es sólo una continuación del pasado, sino también un reexamen de las aspiraciones de la NASA para la futura exploración tripulada.
El mal ambiente en 2020 hizo que la NASA reevaluara la coordinación del PDR y los requisitos del sistema. Con el avance de las nuevas tecnologías, la seguridad y fiabilidad del Ares I definitivamente han mejorado aún más. Ya después del primer lanzamiento de prueba del Ares I en 2011, era evidente que la propulsión de cohetes sólidos podía provocar ataques de altas vibraciones, pero la respuesta de la NASA a este problema demostró una vez más su capacidad para responder a problemas técnicos inesperados.
Aunque el destino de Ares I no logró cruzarse con la exploración espacial humana con el final del proyecto Constellation, su nombre y los conceptos que llevaba aún inspiraron a los futuros exploradores espaciales. Al pensar en la integración de la ciencia y el mito, no podemos evitar preguntarnos: en el proceso de perseguir lo desconocido, ¿los humanos todavía necesitamos esos mitos para inspirarnos con el coraje y la sabiduría para seguir adelante?