A medida que la tecnología de conversión de energía recibe cada vez más atención en la actualidad, los materiales termoeléctricos se han convertido en el foco de la investigación. Estos materiales pueden convertir la energía térmica en energía eléctrica y viceversa, ofreciendo aplicaciones potenciales en recuperación de energía y sistemas de refrigeración. Sin embargo, ¿por qué los efectos termoeléctricos de la mayoría de los materiales aún no satisfacen las necesidades de las aplicaciones prácticas? Este artículo revelará la verdad, así como los desafíos actuales y las direcciones de desarrollo de los materiales termoeléctricos.
El efecto termoeléctrico se refiere al fenómeno en el que las diferencias de temperatura producen diferencias de potencial o las corrientes producen diferencias de temperatura.
El efecto termoeléctrico abarca tres fenómenos principales: efecto Seebeck, efecto Peltier y efecto Thomson. La aplicación de estos tres efectos amplía enormemente las posibilidades de conversión de energía. Sin embargo, aunque todos los materiales tienen un efecto termoeléctrico distinto de cero, el efecto es demasiado pequeño para que la mayoría sea útil en aplicaciones prácticas.
Actualmente, el material termoeléctrico más utilizado es una aleación basada en telururo de antimonio (Bi2Te3), que destaca en aplicaciones específicas como la refrigeración y la recuperación de energía. Con una investigación en profundidad sobre materiales termoeléctricos, se ha descubierto que los materiales termoeléctricos eficientes deben tener tres condiciones básicas: alta conductividad eléctrica, baja conductividad térmica y alto coeficiente de Seebeck.
Al explorar materiales termoeléctricos, un desafío clave es la competencia entre la conductividad eléctrica y térmica. Según la ley de Widmann-Franz, un aumento de la conductividad eléctrica suele ir acompañado de un aumento de la conductividad térmica, lo que dificulta que el efecto termoeléctrico del material alcance un estado ideal. La investigación actual se centra en cómo optimizar estas propiedades para mejorar la figura de mérito termoeléctrica (Z) del material.
Para mejorar las propiedades termoeléctricas de los materiales, los investigadores han explorado la posibilidad de nuevos materiales como aleaciones, cristales complejos y nanocompuestos.
La eficiencia de un dispositivo termoeléctrico depende de las propiedades del material a una temperatura específica, incluida la conductividad eléctrica, la conductividad térmica y el coeficiente de Seebeck. En los dispositivos reales, generalmente se usa una combinación de materiales tipo n y tipo p, lo que aumenta aún más la complejidad del sistema. Idealmente, las propiedades de ambos materiales deberían permanecer estables en el mismo rango de temperatura, pero a menudo este no es el caso.
El factor de calidad de un material refleja su eficiencia potencial. Los investigadores están tratando de mejorar la eficiencia de la conversión termoeléctrica aumentando la densidad del estado de los electrones y reduciendo la conductividad térmica de la red. Este proceso requiere que el material se comporte como un cristal durante la transmisión de electrones y como un vidrio durante la transmisión de fonones, un concepto conocido como "cristales electrónicos de vidrio de fonones".
Con el avance de la ciencia y la tecnología, el desarrollo de materiales termoeléctricos continúa avanzando hacia materiales convencionales avanzados y sistemas de baja dimensión. El potencial de estos materiales para reducir la conductividad térmica de la red los convierte en clave para futuros sistemas termoeléctricos. En el proceso de exploración de nuevos materiales, los científicos también considerarán cómo lograr una mayor eficiencia y estabilidad en diversas aplicaciones posibles.
"Ya sea a partir de investigación básica o de niveles de aplicación específicos, el potencial de los materiales termoeléctricos aún merece una mayor exploración".
Aunque los materiales termoeléctricos han demostrado su importancia en la tecnología actual, todavía enfrentan múltiples desafíos. Lo que despierta la curiosidad de la gente es: ¿podrá la innovación tecnológica futura superar estas limitaciones y mejorar la practicidad y la economía de los materiales termoeléctricos?