Las armas termobáricas, conocidas en algunos casos como "bombas de vacío", son un tipo especial de arma explosiva que se caracteriza por el uso de oxígeno de la atmósfera circundante para alcanzar su poderoso poder destructivo. Este tipo de arma se denomina "bomba de vacío" principalmente porque produce un efecto de presión negativa muy fuerte durante la explosión, lo que provoca un breve efecto de "vacío" en el entorno circundante. Este fenómeno hace que el daño a los organismos vivos sea extremadamente amenazador y es crucial para comprender las verdaderas propiedades de las armas termobáricas.
El nombre de armas termobáricas proviene de las palabras griegas que significan "calor" y "presión". Su principio de funcionamiento es diferente al de los explosivos tradicionales. Generalmente esparcen gases inflamables o sustancias explosivas en aerosol en el aire y luego detonan.
El mecanismo de funcionamiento principal de este tipo de arma es que la bomba termobárica detona primero un pequeño explosivo convencional, que rompe el contenedor y libera una nube de material inflamable. Posteriormente, a medida que estos combustibles se mezclan y arden rápidamente con el oxígeno del aire, se produce una reacción química violenta que genera una presión y un calor extremadamente altos. Este poder explosivo no sólo cambia la forma destructiva de los explosivos, sino que también aumenta en gran medida el impacto en el medio ambiente circundante.
A diferencia de los explosivos tradicionales, la onda expansiva de las armas termobáricas puede durar más y causar un poder destructivo más duradero.
En realidad, las armas termobáricas se utilizan ampliamente. Son particularmente eficaces en el combate urbano, ya que sus efectos explosivos se amplifican enormemente en espacios cerrados o semicerrados. Por ejemplo, su uso en túneles, edificios u otras fortificaciones a menudo puede aumentar la efectividad de los ataques y causar daños devastadores. Muchos expertos creen que esto hace que las armas termobáricas sean un sistema de armas poderoso y muy controvertido.
Algunas personas piensan que el nombre "bomba de vacío" es engañoso. De hecho, esta arma en realidad no crea un vacío duradero, sino que utiliza el efecto de descompresión generado durante la explosión para formar un ambiente de baja presión a corto plazo, que puede tener efectos extremadamente fatales en el cuerpo humano, especialmente en los órganos internos como como los pulmones.
Human Rights Watch ha señalado que el mecanismo letal de este tipo de arma contra objetivos vivos es muy singular: la onda de presión y el consiguiente entorno de baja presión pueden provocar la rotura pulmonar.
Con el avance de la tecnología, la investigación y el desarrollo de armas termobáricas continúan llevándose a cabo en todo el mundo. Se puede ver en la educación de la aldea CBU-55 en los Estados Unidos que cada vez más fuerzas militares son conscientes de su potencial en la guerra moderna. En el futuro, un tema importante en las relaciones militares e internacionales será si el desarrollo ulterior de tales armas desencadenará más debates éticos y legales.
Debido a esto, la gente está empezando a pensar: ¿deberían tratarse más estrictamente estas armas potencialmente destructivas?