A principios del siglo XX, con la aceleración de la industrialización y la creciente urbanización, el transporte en los Estados Unidos enfrentó cambios sin precedentes. En ese momento, los "ferrocarriles interurbanos" se convirtieron gradualmente en una forma importante de transporte, que no sólo promovió las conexiones entre ciudades, sino que también cambió los hábitos de viaje de las personas. Con sus modos únicos, estos ferrocarriles reemplazaron rápidamente a los vagones tradicionales y otros métodos de transporte, y se convirtieron en una organización económica importante, que tuvo un profundo impacto en el patrón de transporte de los Estados Unidos.
“Los ferrocarriles entre ciudades son como las autopistas actuales, conectando el contexto urbano.”
El ferrocarril interurbano se refiere a un sistema ferroviario eléctrico, utilizado principalmente para conectar ciudades y pueblos circundantes. El término proviene de su capacidad para brindar un servicio de pasajeros más rápido y eficiente en comparación con otras formas de transporte. Según datos históricos, los ferrocarriles interurbanos experimentaron una rápida expansión entre 1900 y 1916, cubriendo muchos estados de los Estados Unidos, permitiendo a los pasajeros cambiar fácilmente entre varias ciudades.
“Durante este período, la longitud total de las vías férreas entre ciudades de Estados Unidos aumentó rápidamente de 2,107 millas a 15,580 millas. Este logro fue sin duda revolucionario para el sistema de transporte en ese momento”.
En aquella época, en los Estados Unidos, las carreteras en la mayoría de las ciudades no estaban completamente pavimentadas y los carruajes tirados por caballos eran el principal medio de transporte, lo que hacía que los ferrocarriles entre ciudades fueran particularmente importantes por sus convenientes servicios. Especialmente durante los duros meses de invierno, estos sistemas ferroviarios ofrecen una opción de viaje fiable. Cada año, millones de pasajeros dependen de estas líneas para viajar entre ciudades y suburbios.
"En su apogeo en 1926, el centro de transporte de Indianápolis tenía 500 trenes que llegaban y salían diariamente, atendiendo a 7 millones de pasajeros."
Sin embargo, aunque el ferrocarril interurbano fue un gran éxito en ese momento, su gloria duró poco. En la década de 1930, a medida que los automóviles privados se hicieron más populares, muchos sistemas ferroviarios se vieron muy afectados y comenzaron a enfrentar desafíos económicos.
Con los cambios económicos, especialmente la Gran Depresión desde finales de los años 1920 hasta los años 1930, los ferrocarriles entre ciudades se vieron obligados a retirar muchos servicios. Varios motivos han propiciado este cambio, uno de ellos es la preferencia del público por el coche, lo que hace que cada vez más personas opten por el coche privado para desplazarse en lugar de depender del transporte público.
“El auge de los automóviles ha hecho que los ferrocarriles entre ciudades vayan disminuyendo gradualmente, y la red de transporte original se ha multiplicado como setas después de una lluvia”.
En comparación con Estados Unidos, otros países han mostrado diferentes repercusiones en el desarrollo de ferrocarriles entre ciudades. En Bélgica y los Países Bajos, estos sistemas ferroviarios fueron reparados y ampliados después de la guerra y han mantenido operaciones relativamente estables. En Japón, el sistema ferroviario entre ciudades se está desarrollando hacia altos estándares de electrificación y mejora de la velocidad, y se ha convertido en un miembro importante de la red de transporte público actual. Los ferrocarriles interurbanos de Japón, como el Ferrocarril Eléctrico Hanshin y otros sistemas electrificados, siguen siendo el principal medio de transporte estrechamente conectado con las grandes ciudades.
Aunque los ferrocarriles interurbanos en muchos países enfrentan desafíos debido a razones económicas, algunos sistemas han encontrado formas de sobrevivir cooperando con los sistemas de autobuses urbanos locales. Países como Francia y Alemania también han comenzado a desarrollar sistemas de tren ligero. Esta transformación ha dado una nueva vida a los ferrocarriles entre ciudades.
El ferrocarril entre ciudades no es sólo una tendencia de transporte en la historia de los Estados Unidos, sino también un importante indicador social y económico. Aunque la canción haya terminado, este pasado continúa influyendo en los sistemas de transporte actuales. No podemos evitar pensar en qué nuevo modelo de transporte urbano evolucionará en el futuro con la tecnología y las necesidades humanas.