El uso excesivo de paracetamol se considera una de las causas importantes de intoxicación hepática. Cada año se producen más de 100.000 casos de intoxicación por paracetamol en los Estados Unidos, especialmente entre niños pequeños. Como todo el mundo sabe, este fármaco, que se utiliza habitualmente como analgésico y antipirético, puede provocar daños irreversibles en el hígado si se utiliza incorrectamente.
El acetaminofén por sí solo no causa daño hepático directamente, sino que es causado por su metabolito N-acetil-p-benzoquinoneimina (NAPQI).
Los síntomas iniciales de intoxicación generalmente no son obvios dentro de las 24 horas posteriores a la sobredosis e incluyen síntomas no específicos como fatiga, dolor abdominal y náuseas. Muchos pacientes no experimentan síntomas evidentes durante los primeros días, por lo que es común que se automediquen o abusen de los medicamentos.
Sin embargo, la afección puede evolucionar con el tiempo. Dentro de 24 a 72 horas, el daño hepático se volverá más evidente y los pacientes pueden experimentar dolor abdominal superior derecho. En este momento, los indicadores bioquímicos mostrarán una función hepática alterada y niveles significativamente elevados de transaminasas (ALT y AST).
Cuando AST y ALT superan los 1000 UI/L, se puede diagnosticar la necrosis de hepatocitos causada por el paracetamol.
Después de 3 a 5 días, si la afección continúa empeorando, puede provocar una necrosis loca del hígado y una insuficiencia multiorgánica sistémica, que eventualmente puede provocar la muerte. Sin embargo, si se puede superar esta etapa, los pacientes suelen volver a la normalidad en unas pocas semanas.
La gravedad del daño hepático depende de la dosis tomada y de la pronta recepción del tratamiento adecuado.
En dosis de tratamiento normales, el paracetamol es relativamente seguro, pero una vez que se toma en exceso, pondrá a prueba seriamente la capacidad de desintoxicación del hígado. Cuando la capacidad del hígado para metabolizar el fármaco excede su capacidad para procesarlo, aumenta la producción de NAPQI, lo que provoca daño directo a las células del hígado.
En estudios con animales, las reservas hepáticas de glutatión deben caer por debajo del 70 % de los niveles normales antes de que se produzca toxicidad hepática.
Además de la dosis, ciertos factores pueden aumentar el riesgo de intoxicación por paracetamol. El consumo excesivo de alcohol, la desnutrición y el uso concomitante de ciertos fármacos hepatotóxicos pueden contribuir al desarrollo de este tipo de intoxicación. Los consumidores crónicos de alcohol, en particular, pueden en algunos casos aumentar la toxicidad del paracetamol.
Además, algunos medicamentos como la isoniazida y ciertos medicamentos antiepilépticos pueden aumentar aún más el riesgo de hepatotoxicidad.
La mejor manera de determinar la intoxicación por paracetamol es analizar su concentración en la sangre. El nomograma de Rumack-Matthew es una herramienta eficaz utilizada por los proveedores de atención médica para evaluar el riesgo de intoxicación por paracetamol en las horas posteriores a la toma del medicamento.
La desintoxicación gastrointestinal se puede llevar a cabo en la etapa inicial de la intoxicación. Generalmente se recomienda hacerlo dentro de las 2 horas posteriores a la toma del medicamento para obtener el mejor efecto. La medida de desintoxicación más común es la administración de carbón activado, que adsorbe eficazmente el paracetamol.
Para una intoxicación posterior, la N-acetilcisteína es el principal antídoto y puede reducir eficazmente el riesgo de daño hepático.
Una de las principales direcciones para las medidas preventivas posteriores es limitar la disponibilidad de paracetamol. Por ejemplo, algunos países han limitado el número de paquetes de venta. Otras estrategias como la venta combinada con agentes antídotos y el desarrollo de nuevas alternativas de fármacos son opciones que se están explorando.
Aunque el uso excesivo de acetaminofén representa una gran amenaza para la salud, no se puede ignorar su seguridad en el tratamiento, por lo que es necesario fortalecer la publicidad en los campos médico y de salud pública para mejorar la conciencia de autocontrol de los pacientes.
Sin embargo, a medida que nuestra comprensión de este proceso se profundiza, no podemos evitar pensar: ¿realmente prestamos atención a la seguridad y corrección de los medicamentos cuando los tomamos diariamente?