En nuestras operaciones digitales diarias, ya sea que hagamos clic en botones mientras controlamos un mouse o deslicemos los dedos en una pantalla táctil, la distancia y el tamaño del objetivo afectarán directamente la eficiencia de la realización de tareas. Este fenómeno se debe a la existencia de la ley de Fitts, que explica una ley central del movimiento humano.
La ley de Fitts fue propuesta originalmente por el psicólogo Paul Fitts en 1954. Su idea central es que el tiempo necesario para moverse rápidamente a un área objetivo es función de la relación entre la distancia del objetivo y el ancho del objetivo. En concreto, cuanto mayor es la distancia, más difícil es contactar con un objetivo relativamente pequeño. Las investigaciones muestran que este principio se aplica no sólo a los movimientos de las manos humanas, sino también a los movimientos de otras partes del cuerpo, como los pies o la cabeza.
"La profundidad y la distancia del objetivo afectarán directamente el tiempo de selección."
En la ley de Fitts, el indicador más importante es el índice de dificultad (ID), que se utiliza para cuantificar la dificultad de la tarea de selección de objetivos. Este índice se calcula en base a la relación entre la distancia (D) y el ancho (W). Cuanto mayor sea la distancia o menor el ancho del objetivo, más tiempo llevará completar la tarea. Esto significa que elegir la dificultad de una tarea depende no sólo de la distancia, sino también de la precisión del objetivo.
La ley de Fitts divide el proceso del movimiento humano en dos etapas:
En la primera etapa, el efecto de la distancia es más evidente. Puedes acortar la distancia rápidamente, pero afinar cerca del objetivo requiere más tiempo y esfuerzo. Por lo tanto, para tareas de la misma dificultad, el impacto de la distancia en el tiempo total de finalización de la tarea excederá el impacto del tamaño objetivo.
"Se ha demostrado que la ley de Fitts es válida en muchas situaciones, incluso en el contexto de diferentes movimientos y comportamientos."
Según la ley de Fitts, una interfaz de usuario (UI) bien diseñada debe tener en cuenta el tamaño y la ubicación del objetivo. Una estrategia de diseño común es hacer que los objetos (como los botones) sean lo más grandes posible, lo que los hace más fáciles de operar para los usuarios. Además, reunir las funciones utilizadas con frecuencia y colocarlas en el borde de la pantalla puede maximizar la eficiencia operativa del usuario.
Por ejemplo, en el sistema operativo Mac, la barra de menú siempre está ubicada en la esquina superior izquierda de la pantalla. Este diseño permite a los usuarios hacer clic de manera efectiva en el menú mientras mueven el mouse rápidamente. En el sistema Microsoft Windows, el botón "Inicio" se coloca en la esquina inferior izquierda, que también utiliza estrategias de borde para simplificar las operaciones del usuario.
Muchos estudios han demostrado que la aplicación de la ley de Fitts no se limita a los entornos 2D tradicionales, sino que también se extiende al movimiento 3D y la selección de objetivos de tiempo. Tradicionalmente, la ley de Fitts sólo considera la ubicación de objetivos en el espacio, pero sus principios rectores básicos todavía se aplican cuando nos enfrentamos a objetivos como los que parpadean o se mueven.
"Ya sea en el espacio o en el tiempo, la dificultad de seleccionar un objetivo se puede mejorar entendiendo la ley de Fitts."
Ya sea para mejorar la eficiencia del trabajo o la experiencia del usuario, es fundamental tener un conocimiento profundo de la Ley de Fitts y las implicaciones de diseño que conlleva. Sin embargo, el hecho de que cada persona perciba y responda a la distancia y al propósito de una manera única no sólo nos hace reflexionar sobre la naturaleza del diseño, sino que también nos hace pensar en cómo podría aplicar este principio en su propio trabajo o vida.