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¿Por qué el lóbulo prefrontal es la parte más grande de tu cerebro? ¡Aprende sobre su asombrosa estructura!
En el cerebro de los mamíferos, el lóbulo prefrontal es el más grande de los cuatro lóbulos principales y está ubicado en la parte delantera de cada hemisferio cerebral. El lóbulo prefrontal está separado del lóbulo parietal por el surco central y dividido longitudinalmente del lóbulo temporal por un surco más profundo. Esta estructura anatómica única hace que el lóbulo prefrontal sea el área más importante del cerebro, responsable de una variedad de funciones que los humanos no pueden ignorar.
La parte frontal lisa del lóbulo prefrontal se llama polo anterior, que es uno de los tres polos del cerebro y contiene muchas estructuras neuronales importantes relacionadas con la acción y la planificación.
Estructura
El lóbulo prefrontal ocupa aproximadamente un tercio de la superficie de cada hemisferio, y su división estructural puede proporcionarnos una comprensión más profunda de las funciones neuronales. El aspecto lateral del lóbulo prefrontal está separado del lóbulo parietal por el surco central y del lóbulo temporal por el surco lateral. El lóbulo prefrontal se puede dividir en las partes lateral, polar, orbital y medial, cada una con sus propias circunvoluciones específicas.
Por ejemplo, la parte lateral contiene la circunvolución frontal superior, la circunvolución frontal media y la circunvolución frontal inferior. La parte polar contiene la corteza frontopolar y el giro frontolímbico, y la parte orbital contiene varios giros.
El lóbulo prefrontal humano no madura completamente hasta los 20 años, lo que está estrechamente relacionado con la madurez cognitiva que se alcanza en la edad adulta. A medida que envejecemos, es inevitable que se produzca una pequeña contracción dentro del rango normal. El estudio observó que los participantes sanos entre 60 y 91 años eran significativamente diferentes de aquellos con Alzheimer, mostrando menos cambios en la pérdida de volumen en la corteza prefrontal.
Función
Toda la corteza prefrontal se considera una "corteza de acción" que se centra en una variedad de acciones, incluidos los movimientos esqueléticos, los movimientos oculares, el control del habla y la expresión emocional. La parte más grande de la corteza prefrontal, la PFC, es la principal responsable de la acción mental intrínseca y intencionada, incluido el razonamiento racional y la planificación de consecuencias futuras. La corteza prefrontal también es responsable de inhibir respuestas socialmente inapropiadas y nos ayuda a integrar recuerdos a largo plazo de diferentes fuentes.
Importancia clínica DañoA menudo se utilizan pruebas psicológicas para evaluar la función prefrontal, incluidas la prueba de golpeteo de dedos y la prueba de clasificación de tarjetas de Wisconsin, que demuestran la función ejecutiva del lóbulo prefrontal.
El daño al lóbulo prefrontal puede ocurrir de diversas maneras y puede conducir a una variedad de consecuencias diferentes. Los factores comunes en los ancianos incluyen ataques isquémicos transitorios (AIT) y accidentes cerebrovasculares, los cuales pueden causar daños al lóbulo prefrontal. Además, las lesiones cerebrales traumáticas o las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson son factores de riesgo potenciales. Las personas con estos trastornos muestran diferentes patrones de daño en la corteza prefrontal como resultado de la exposición fetal al alcohol.
SíntomasDespués de un daño en el lóbulo frontal, el paciente puede mostrar respuestas conductuales inapropiadas. Por ejemplo, alguien puede entender la respuesta apropiada a una situación particular, pero su realidad puede no coincidir con esa respuesta. Las expresiones emocionales comunes pueden ser inconsistentes y, a veces, demasiado emotivas. La pérdida de motivación y los síntomas depresivos también son bastante comunes en estos pacientes, lo que les dificulta realizar sus actividades diarias normales.
Daños en los genes y el ADN
Un grupo de genes de la corteza prefrontal disminuye su expresión en personas mayores de 40 años, siendo esta disminución especialmente pronunciada en individuos mayores de 70 años. Estos genes son cruciales para funciones como el aprendizaje y la memoria, la plasticidad sináptica, etc. El envejecimiento va acompañado de un aumento significativo del daño al ADN, que está estrechamente relacionado con la disminución de la función del lóbulo prefrontal.
Historia y teoría funcional
A principios del siglo XX, los médicos intentaron tratar las enfermedades mentales mediante psicocirugía, como las lobotomías. Aunque esta cirugía puede aliviar los síntomas a corto plazo, puede causar daños a largo plazo en las emociones y la personalidad del paciente. Sin embargo, las investigaciones actuales han demostrado que la función de la corteza prefrontal no es un proceso único y simple, sino que está compuesta de múltiples sistemas que interactúan. Esta diversidad de perspectivas ha impulsado a los científicos a seguir explorando teorías más completas para comprender las funciones únicas de la corteza prefrontal.
Otros estudios sobre primatesAunque los primeros científicos creían que los lóbulos prefrontales de los humanos estaban demasiado expandidos en relación con los de otros primates, estudios de neuroimagen posteriores desafiaron esta visión y descubrieron que las cortezas prefrontales de los humanos no son particularmente proporcionales en relación con las de otros grandes simios. Actualmente, los científicos prestan más atención a la complejidad de las conexiones neuronales, que es uno de los factores clave que distinguen a los humanos de otros primates en cuanto a capacidad cognitiva.
¿Cómo afecta el lóbulo frontal, con una estructura y función tan grandes y complejas, a nuestro pensamiento y comportamiento?
