El problema del viajante es un conocido problema de optimización combinatoria que tiene como objetivo encontrar el camino más corto que visita cada ciudad una vez y regresa a la ciudad de inicio. Aunque los algoritmos codiciosos pueden proporcionar buenas soluciones en algunos problemas, su desempeño en el problema del viajante es a menudo decepcionante. Este artículo explorará por qué las estrategias codiciosas a menudo no logran producir la mejor solución a este problema y proporcionará un análisis en profundidad de las razones detrás de esto.
El algoritmo codicioso es un algoritmo que toma la decisión óptima actual en cada etapa.
Los algoritmos codiciosos se basan en dos propiedades principales: selectividad codiciosa y subestructura óptima. Siempre que es necesario tomar una decisión, un algoritmo codicioso selecciona la opción que parece ser más ventajosa en ese momento, independientemente del impacto de elecciones futuras. Esto hace que el algoritmo codicioso sea extremadamente eficiente en determinadas situaciones porque no requiere una reevaluación de decisiones pasadas. En otras palabras, el algoritmo codicioso no mira hacia atrás en absoluto al tomar decisiones en cada paso.
En la programación dinámica, las elecciones pasadas de soluciones influyen en las decisiones actuales, y los caminos anteriores pueden reconsiderarse.
En el problema del viajante, una estrategia codiciosa suele ser la siguiente: elegir cada vez la ciudad más cercana y no visitada. Sin embargo, la limitación de este método es que no garantiza que el camino final sea el más corto. En algunos casos, la ciudad más cercana puede resultar en una ruta tortuosa que, en última instancia, aumenta la distancia total del viaje.
En cada permutación de ciudad, hay algunas configuraciones de distancia específicas, de modo que la heurística del vecino más cercano producirá la peor ruta de recorrido posible.
Un ejemplo típico del fallo del algoritmo codicioso en el problema del viajante de comercio es configurar la distancia entre ciudades. Estas razones de distancia hacen que una simple elección codiciosa conduzca a una ruta turística obviamente no ideal. Para algunos ajustes de distancia específicos, la selección voraz no sólo no proporcionará la mejor solución, sino que incluso puede ser la peor solución. Esto se conoce como “efecto horizonte”, la idea de que las decisiones a corto plazo en determinadas circunstancias pueden tener un impacto negativo significativo en los resultados a largo plazo.
Aunque los algoritmos codiciosos funcionan bien en algunos otros problemas, la estructura del problema del viajante lo hace diferente. Muchos problemas de optimización combinatoria tienen las características de "subestructura óptima", pero esto no significa que la estrategia codiciosa obtendrá la mejor solución en todas estas situaciones. De hecho, el problema del viajante es conocido por su diversidad de soluciones, lo que hace que el proceso de encontrar la solución óptima global sea extremadamente desafiante.
Las investigaciones muestran que los algoritmos codiciosos producen resultados subóptimos para muchos problemas y pueden fallar por completo en algunos problemas.
Aunque las limitaciones del algoritmo codicioso son dignas de atención, sus características rápidas y simples aún lo hacen valioso en aplicaciones prácticas. Cuando el problema es relativamente simple, o en situaciones en las que no se puede obtener la mejor solución pero se necesita obtener una solución aproximada rápidamente, los algoritmos codiciosos suelen ser una opción insustituible. Por ejemplo, el algoritmo de Krusker y el algoritmo de Prim se utilizan para generar árboles de expansión mínima. aplicaciones en.
En resumen, el fallo del algoritmo codicioso en el problema del viajante se debe principalmente a su estrategia de selección inadecuada, lo que conduce a la incapacidad de encontrar la solución óptima global. Esto lleva a los investigadores a explorar más a fondo algoritmos más eficientes para resolver problemas de combinación tan complejos. Por tanto, deberíamos reflexionar sobre por qué las elecciones codiciosas pueden conducir a resultados adversos en determinadas situaciones.