A medida que envejecemos, los problemas de salud de las articulaciones de la rodilla se han convertido cada vez más en un problema que afecta a muchas personas. La cirugía de reemplazo de rodilla, también conocida como artroplastia de rodilla, suele ser un procedimiento quirúrgico que se realiza cuando los tratamientos conservadores no logran aliviar el dolor y la disfunción. Esta cirugía está diseñada para reemplazar la superficie que soporta peso de la articulación de la rodilla para aliviar el dolor del paciente y mejorar su calidad de vida.
El objetivo principal de la cirugía de reemplazo de rodilla es restaurar la movilidad del paciente, reducir el dolor y, por lo tanto, mejorar la calidad de vida.
El reemplazo de rodilla puede ser parcial o total, y la decisión se toma en función de las circunstancias específicas del paciente. Durante la cirugía, los médicos utilizan metal y plástico para reemplazar la superficie articular dañada y mantener la flexibilidad de la articulación de la rodilla. Aunque el período de recuperación después de la cirugía suele tardar 12 semanas o más, muchos pacientes informan un alivio significativo del dolor después de la cirugía y pueden regresar a sus actividades anteriores.
Antes de realizar una cirugía de reemplazo de rodilla, su médico realizará una evaluación para determinar si la articulación de la rodilla del paciente es apta para la cirugía. Las radiografías utilizadas incluirán radiografías panorámicas con carga de peso para confirmar la gravedad de la afección de la articulación. Los pacientes deben someterse a una serie de exámenes físicos antes de la cirugía y realizar actividades conjuntas bajo la dirección de un médico para garantizar el éxito de la cirugía.
La técnica de reemplazo de rodilla generalmente implica exponer las estructuras en la parte frontal de la rodilla y luego cortar con cuidado los extremos del hueso para que se pueda instalar el implante. La parte metálica del implante se fija al hueso con cemento óseo fuerte para garantizar la estabilidad. Además, durante la cirugía se pueden utilizar tecnología de navegación y herramientas quirúrgicas asistidas por robots para mejorar la precisión del implante.
La calidad de vida de la mayoría de los pacientes mejorará significativamente después de la cirugía y el dolor en las articulaciones se reducirá significativamente.
Después de la cirugía, los pacientes deben someterse a una rehabilitación física estricta para garantizar que la función de la articulación de la rodilla vuelva a la normalidad. Esto incluye entrenamiento regular de movilidad y el uso de ayudas para la movilidad. En la mayoría de los casos, el dolor persistirá durante algún tiempo después de la cirugía, pero con el programa de rehabilitación adecuado, los pacientes pueden reducir eficazmente las molestias y ganar mayor movilidad.
Según las estadísticas, alrededor del 82% de los reemplazos totales de rodilla duran 25 años, lo que significa que la mayoría de los pacientes pueden esperar buenos resultados quirúrgicos. Aunque la cirugía tiene ciertos riesgos, como infección y trombosis, constantemente se mejoran nuevas tecnologías y métodos de enfermería para reducir la incidencia de complicaciones quirúrgicas.
Para muchas personas, el reemplazo de rodilla es más que una simple cirugía, es la esperanza de recuperar la calidad de vida y la libertad. Si bien se están realizando investigaciones sobre los efectos a largo plazo de la cirugía de reemplazo, la decisión de someterse al procedimiento se vuelve más fuerte después de que muchos pacientes reportan alivio del dolor y una mejor función. Para quienes están a punto de someterse a una cirugía, el reemplazo de rodilla puede ser una forma brillante de aliviar el dolor, pero ¿será suficiente para salvarlos del dolor a largo plazo?