Lars-Erik Berg

Developmental play stages in child identity construction: An interactionist theoretical contribution

RésuméLe jeu est devenu un objet d’étude pour les psycholoques du développement, pas seulement en tant qu’outil pédagogique mais en tant que tel. Les disciplines voisines se sont aussi interessées au jeu. En se fondant sur les fragments socio-psychologiques sur l’enfant et le jeu de rôle, développés par G.H. Mead, nous proposons une interprétation du développement du jeu qui prend en compte sa fonction dans la construction de l’identité. Le jeu dans le contexte du jeu de rôle est conçue comme une condition nécessaire à une création adéquate, une confirmation et une intégration de l’identité personnelle. Le reflet et la répétition constituent des aspects essentiels de ce processus. Le jeu constitue le fondement de catégories mentales telles que le sérieux/le drôle, la liberté/la contrainte, la concentration/le caprice et la créativité. La motivation première est influencée par la création de significations ludiques.Nous proposons un schéma des stades du développement de l’enfant dans lequel les passages entre les 4 stades sont marqués par des changements de capacité dans les jeux de rôle qui évoluent et par la vie sociale, à la place de la maturation cognitive individuelle. Les stades définies sont les suivants: le stade amorphe (0–3) auquel le phénomène d’identité est absent; le stade du divertissement (1–7) auquel l’identité est perceptible mais pas encore crystallisée, le stade du jeu (3-adolescence) auquel l’identité est en train de se crystalliser et de se formaliser, et finalement le stade de la Généralisation de l’Autre (7-jusqu’à l’âge adulte), durant lequel l’individu, ayant consolidé son identité, développe la capacité d’entretenir des relations avec l’autre. Cette séquence ressmble au schéma piagétien, mais le processus est conçu du point de vue de la socialité et de sa force créatrice sur le développement psychique de l’individu.ResumenEl juego ha ganado interés en la psicología del desarrollo, y no solo como un instrumento educacional sino por propio derecho. Otras disciplinas relacionas también se ocupan del tema. Los fragmentos de psicología social sobre el niño y el juego de imitación, desarrollados por G H Mead, constituyen la base para una interpretación del desarrollo del juego en su función dentro de la formación de la identidad. El juego, dentro del marco de asumir papeles, se ve como una condición necesaria para la creación, confirmación e integración adecuadas de la identidad personal. Para estos procesos son esenciales la repetición y la retrovisión. El juego constituye la base de ciertas categorías mentales, como la seriedad/diversión, concentración/capricho y creatividad. La creación con sentido de juego también influye la motivación básica.En el boceto diseñado para las etapas del desarrollo del niño, los caminos entre las cuatro etapas están marcados por los cambios en la capacidad de adopción de papeles que se desarrolla dentro de la vida social y a través de ella, más que por la maduración cognitiva del individuo. Estas etapas son: la etapa amorfa (de 0 a 3 años) en la que todavía falta el fenómeno de la identidad, la etapa del juego (de 1 a 7 años) en la que la identidad se puede entrever pero todavía no está cristalizada, la etapa de los juegos (de 3 años a la adolesciencia) en la que la identidad se está cristalizando y formalizando, y por último, la etapa del Otro Generalizado (de 7 años a la madurez) en la que el individuo desarrolla la capacidad de relacionarse con los demás desde la posición de una identidad consolidada. En esta secuencia se encuentran parecidos con el esquema de Piaget, pero el proceso se observa desde la posición de la socialidad y la fuerza creadora que ejerce sobre el desarrollo psíquico del individuo.