Antes de 2014, las aseguradoras de salud tenían la libertad de negar o limitar la cobertura a las personas que la solicitaban debido a una condición de salud preexistente. Esto ha causado gran angustia y carga financiera para muchos estadounidenses con antecedentes de la enfermedad. Sin embargo, desde la implementación de la Ley de Protección al Paciente y Atención Médica Asequible (también conocida como Obamacare) el 1 de enero de 2014, la situación ha cambiado drásticamente, beneficiando a innumerables estadounidenses.
En 2016, aproximadamente 52 millones de personas en los Estados Unidos, o más de uno de cada cuatro adultos menores de 65 años, tenían una condición médica preexistente.
La Ley de Protección al Paciente y Atención Médica Asequible no sólo prohibió las restricciones a las condiciones preexistentes en todos los planes de seguro de salud, sino que también garantizó que las personas a las que se les había negado cobertura en el pasado debido a problemas de salud pudieran ingresar a los mercados de seguros. Esto marcó una reforma fundamental del sistema de seguro de salud de Estados Unidos y tuvo un profundo impacto en la vida de muchas personas.
Antes de 2014, existían dos definiciones preexistentes de condiciones de salud: la definición de criterios objetivos y el estándar de persona prudente. El estándar objetivo generalmente incluye todas las condiciones para las cuales el paciente recibió asesoramiento o tratamiento médico antes de inscribirse en un nuevo plan de seguro de salud; el estándar de la persona prudente es más flexible e incluye condiciones para las cuales una persona normalmente buscaría ayuda médica si tuviera síntomas. Estas definiciones han provocado que cientos de miles de personas se enfrenten a la negación de un seguro o al pago de primas elevadas.
Implementación de la Ley de Protección al Paciente y Atención Médica AsequibleMuchas compañías de seguros utilizarán estas definiciones para evitar la cobertura simplemente porque alguien tenía un problema de salud preexistente antes de inscribirse en una nueva cobertura, limitando así sus opciones.
Con la aprobación de este proyecto de ley, todos los tipos de planes de seguro de salud ya no pueden excluir condiciones de salud preexistentes. El cambio significa que las personas ya no serán discriminadas en función de sus condiciones de salud pasadas, ya sea con un seguro individual o grupal. Estas disposiciones de la Ley entraron en vigor en 2014 y proporcionan un entorno de seguro de salud más seguro para las personas aseguradas.
Además, el proyecto de ley implementa salvaguardas y limitaciones que impiden que los nuevos planes de seguro de salud traten la violencia doméstica como una condición de salud preexistente, protegiendo aún más los derechos de los grupos vulnerables.
Los resultados de la reforma y la respuesta socialComo resultado de esta reforma, muchas personas que antes no podían obtener un seguro de salud adecuado debido a condiciones de salud preexistentes ahora pueden obtener no sólo seguro sino también los servicios médicos necesarios. Sin duda, esto supone una mejora significativa en la vida de ellos y de sus familias.
Los estudios muestran que las personas que antes estaban limitadas por problemas de salud ahora tienen más probabilidades de recibir el tratamiento y las admisiones hospitalarias necesarias, lo que mejora significativamente su calidad de vida.
Sin embargo, esta reforma también ha provocado cierta oposición. Para las aseguradoras, permitir el ingreso de pacientes de alto riesgo al mercado podría generar mayores costos generales de seguro. Estos opositores creen que algunas personas físicamente aptas podrían eventualmente optar por abandonar el mercado de seguros debido al aumento de los costos de los mismos.
Perspectivas de futuro: equidad en la atención sanitariaEn general, muchos estadounidenses están celebrando los beneficios de la cobertura desde que estuvo disponible en 2014, especialmente aquellos que alguna vez enfrentaron rechazos de seguros. El éxito de la reforma del sistema de salud no reside sólo en la formulación de políticas, sino también en su impacto real en todos los necesitados.
Ante esta serie de cambios, no podemos dejar de preguntarnos: ¿En las futuras reformas médicas podremos seguir promoviendo una protección más integral para que la vida y la salud de todas las personas sean respetadas y valoradas?