En el actual mercado financiero que cambia rápidamente, la liquidez de los activos se ha convertido en un factor importante al que los inversores deben prestar mucha atención. El riesgo de liquidez no sólo es la clave para afectar el valor de los activos, sino que también está relacionado con la capacidad de los inversores para convertir rápidamente los activos en efectivo cuando sea necesario. Sin embargo, juzgar la liquidez de una inversión no es fácil y requiere que los inversores tengan un conocimiento profundo de la liquidez de los diferentes tipos de activos y los riesgos asociados.
El riesgo de liquidez se puede dividir en dos categorías: liquidez de mercado y liquidez de capital. La liquidez del mercado ocurre cuando un activo no puede negociarse rápidamente en el mercado sin afectar el precio del mercado, posiblemente debido a la falta de voluntad de los participantes del mercado para negociar. La liquidez de financiación se refiere a la incapacidad de una institución para cumplir con sus obligaciones financieras a precios económicos cuando los pasivos vencen.
La aparición de riesgo de liquidez suele estar relacionada con el desequilibrio entre la oferta y la demanda del mercado. Cuando una parte desea negociar un activo, es posible que no pueda encontrar suficientes participantes en el mercado para brindar la atención correspondiente, lo que hace imposible completar la transacción. Esto es especialmente cierto en los mercados emergentes o de bajo volumen. El impacto del riesgo de liquidez no se limita a las fluctuaciones de los precios de los activos; de hecho, puede conducir a una reducción de la liquidez del capital y, en última instancia, afectar las decisiones generales de inversión.
El primer paso para realizar una prueba de liquidez es evaluar el flujo de efectivo neto del activo. En este punto, los inversores deberían realizar periódicamente análisis diarios de los flujos de efectivo futuros y prestar especial atención a los flujos de efectivo negativos significativos en días específicos. Dicho análisis podría complementarse con pruebas de tensión para comprender cómo se verían los flujos de fondos en caso de incumplimiento por parte de una contraparte clave.
Para gestionar eficazmente el riesgo de liquidez, los inversores deben adoptar varias estrategias, como el VaR ajustado por liquidez y estrategias para diversificar los proveedores de liquidez. Estos métodos ayudan a mantener un uso eficiente de los fondos cuando se producen cuellos de botella de liquidez.
La historia ha estado marcada por importantes pérdidas financieras debido a problemas de liquidez. Por ejemplo, en 2006, la excesiva concentración de Amaranth Advisors en el mercado de futuros de gas natural y su incapacidad para vender sus posiciones de manera oportuna resultaron en última instancia en pérdidas por valor de aproximadamente 6 mil millones de dólares. Este caso resalta la importancia de la gestión del riesgo de liquidez, especialmente frente a condiciones adversas del mercado.
Las medidas de liquidez generalmente incluyen indicadores como el diferencial de oferta y demanda, la profundidad de los precios, la inmediatez y la resiliencia de los precios. Entre ellos, cuanto menor sea el diferencial entre oferta y demanda, mayor será la liquidez del activo y la profundidad del mercado indica la capacidad de negociación a diferentes precios de mercado;
Al evaluar la liquidez de los activos, los inversores deben considerar exhaustivamente una variedad de factores, incluidas las condiciones del mercado, las necesidades de financiación y la posible transferencia de riesgos. A medida que el entorno del mercado continúa cambiando, la gestión del riesgo de liquidez se ha convertido en un aspecto que no se puede ignorar. Esto nos hace pensar, ante cambios repentinos en el mercado, ¿es nuestra estrategia de inversión lo suficientemente flexible para afrontarlos?