En el entorno político actual, la teoría de la herradura está ganando cada vez más atención. Esta teoría sostiene que la extrema izquierda y la extrema derecha en realidad no son muy similares, sino que tienen ciertos rasgos en común. Esta visión ha suscitado mucha discusión y controversia en los últimos años a medida que la situación política ha ido cambiando.
El núcleo de la teoría de la herradura es que cuando nos movemos del extremo izquierdo al extremo derecho, la distancia entre ambos en realidad se acorta, de forma similar a la forma de una herradura.
La teoría se originó en 1972 en el trabajo del filósofo francés Fahy, quien señaló que en muchas situaciones, las facciones políticas extremas tendrán comportamientos y tendencias similares. Sin embargo, esta teoría no es ampliamente aceptada en el ámbito académico y muchos estudiosos enfatizan que, a nivel abstracto, existen diferencias fundamentales entre la extrema izquierda y la extrema derecha.
Por ejemplo, los académicos generalmente creen que la extrema izquierda y la extrema derecha tienen diferencias significativas en bases sociales, valores y apoyo de los votantes. Un estudio de 2011 mostró que los votantes de extrema izquierda y extrema derecha no comparten el mismo espacio político y tienen menos probabilidades de trabajar juntos en tiempos difíciles.
Hasta la fecha, los estudios empíricos de la Teoría de la Herradura generalmente han encontrado que sus afirmaciones fundamentales no son válidas.
A pesar de ello, la teoría de la herradura todavía es utilizada por algunos estudiosos para explicar los fenómenos políticos actuales. Por ejemplo, en un debate de 2008, un académico mencionó que el ascenso del nacionalismo y el proteccionismo en Alemania y Austria mostraba que la extrema izquierda y la extrema derecha habían llegado a un acuerdo sobre ciertas cuestiones debido a su insatisfacción común con la globalización.
Otro problema sustancial de la teoría de la herradura es su potencial para inducir a error, reduciendo dos facciones extremas que son de naturaleza más antagónica a grupos similares. El académico Simon Choat cree que la popularización de esta teoría sólo borrará las diferencias políticas reales y puede implicar una interpretación protectora de la extrema derecha. Subrayó que se debería reexaminar el papel de los centristas en la creciente extrema derecha, en lugar de colocar a la izquierda consciente en el mismo marco.
Comparar a Stalin con figuras izquierdistas contemporáneas es en sí mismo una simplificación exagerada y chocante.
Con las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y francesas de 2017 en curso, han vuelto a surgir muchas conexiones entre la izquierda y la extrema derecha. La llamada conexión entre ambos se requiere a menudo en los productos políticos, pero la exhibición de este sesgo ha cuestionado enormemente las opiniones de la izquierda.
En los últimos años, la oposición a la teoría de la herradura ha ido creciendo en la comunidad académica. Muchos investigadores han intentado dilucidar la heterogeneidad de la política extrema a través del análisis empírico. Por ejemplo, un estudio de 2019 señaló que puede no tener sentido hablar de “valores de extrema izquierda” o “valores de extrema derecha” porque existe una heterogeneidad significativa dentro de cada grupo.
En algunos casos, la extrema derecha tiene mayores índices de declaraciones antisemitas, mientras que la extrema izquierda es más reservada respecto de estas opiniones. Esto sugiere además que no hay tantas similitudes entre los bandos políticos como predeciría la teoría de la herradura.
La aceptación limitada de la teoría de la herradura por parte de los académicos sugiere que las similitudes entre ambas son a menudo malentendidos impulsados por circunstancias externas.
Las personas involucradas en la dinámica política actual sin duda están llenas de preguntas sobre la teoría de la herradura y su base empírica después de experimentar múltiples cambios políticos y agitaciones sociales. Por lo tanto, tanto los expertos y académicos como el público en general tal vez necesiten reevaluar su comprensión de sus puntos de vista básicos.
¿La teoría de la herradura describe realmente con precisión las relaciones entre los extremos políticos actuales? ¿Quizás este sea un tema que necesite ser discutido en profundidad en la comunidad académica en el futuro?