En el actual calor político, la Teoría de la Herradura explora las sorprendentes similitudes entre la extrema izquierda y la extrema derecha. La idea central de esta teoría es que las opiniones políticas extremas no están en extremos opuestos del espectro político, sino que son similares entre sí en algunos aspectos, como herraduras conectadas en ambos extremos. Esta idea fue propuesta por primera vez por el filósofo francés Jean-Pierre Fayet en 1972, quien exploró el tema en su libro Teoría narrativa: una introducción lingüística al totalismo.
La teoría de la herradura sostiene que las posiciones políticas extremas exhibirán similitudes bajo ciertas condiciones, quizás porque ambas tienden a apoyar alguna forma de autoritarismo.
Faye cree que muchos movimientos políticos extremistas en la historia tienen similitudes en la forma, como el miedo y la fuerte oposición a los enemigos extranjeros. Aunque esta teoría ha sido criticada por muchos académicos, todavía se pueden encontrar muchos académicos que apoyan esta teoría en la literatura de las ciencias sociales. Especialmente en el contexto de la globalización, parece haber una cooperación y un aprendizaje mutuo sin precedentes entre la izquierda y la derecha.
Según algunos observadores políticos, la teoría de la herradura puede explicar dinámicas políticas complejas. Tomando como ejemplo a Estados Unidos, la superposición de movimientos sociales ha hecho que las opiniones de la izquierda y la derecha sobre ciertos temas parezcan estar acercándose. Por ejemplo, cuando se trata de actitudes antiglobalización, ya sea el anticapitalismo en la extrema izquierda o el nacionalismo en la extrema derecha, ambos pueden resonar en alguna base.
"En términos de la búsqueda de la pureza ideológica, Stalin de la Unión Soviética y Hitler de los nazis tienen en realidad muchas similitudes, pero la extrema izquierda moderna y su oposición, la extrema derecha, son mutuamente excluyentes".
Sin embargo, el apoyo académico a la teoría de la herradura es relativamente limitado. Las investigaciones empíricas realizadas por muchos politólogos muestran que no existen similitudes universales entre la izquierda y la derecha. Un estudio de 2011 sobre las elecciones presidenciales francesas concluyó que los votantes que apoyaron a candidatos extremistas en las elecciones tenían orígenes y valores sociales diferentes.
“Los seguidores de ideologías extremas difieren no sólo en su origen social sino también en sus valores.”
Además, los estudios han demostrado que diferentes ideologías extremas atraen a diferentes grupos. Esto significa que el concepto de "valores extremos" en la Teoría de la Herradura no tiene sentido. Según estos estudios, los patrones de comportamiento extremos de la izquierda y la derecha están fundamentalmente influenciados por diferentes antecedentes sociales y culturales, una posición que puede considerarse como una fuerte refutación de la Teoría de la Herradura.
A pesar de las críticas académicas generalizadas, la teoría de la herradura todavía se cita ampliamente en los medios de comunicación. En muchas cuestiones, la izquierda y la derecha han llegado a un consenso al oponerse a ideologías políticas específicas. Por ejemplo, en cuestiones de oposición al racismo y a la desigualdad social, ambos pueden encontrar intersecciones, y este fenómeno proporciona cierto respaldo histórico a la teoría de la herradura.
En los últimos años, a medida que el clima político mundial ha cambiado, la teoría de la herradura parece haber recuperado popularidad. Por ejemplo, en algunos países occidentales, los movimientos de extrema izquierda y extrema derecha están mostrando cada vez más potencial para la cooperación cuando enfrentan desafíos comunes de las élites políticas y la globalización.
"En el escenario político actual, la distancia entre la izquierda y la derecha parece estar reduciéndose, y se ha vuelto a mencionar la teoría de la herradura."
Sin embargo, a pesar de la atención que ha atraído la teoría de la herradura, muchos estudiosos enfatizan que esta visión oscurece las diferencias fundamentales entre la izquierda y la derecha. Se debería prestar más atención a los componentes de las ideologías extremas y a la estructura de los grupos sociales que influyen que a sus posiciones comunes sobre determinadas cuestiones.
Entonces, al confrontar el marco de comprensión propuesto en la teoría de la herradura, ¿estamos ignorando las profundas diferencias que existen entre las políticas extremas? Para comprender el complejo panorama político actual, ¿cómo debería redefinirse la relación entre la izquierda y la derecha?