En economía financiera, la fijación de precios de activos se refiere al tratamiento formal y al desarrollo de dos principios de fijación de precios interrelacionados. Lo que se necesita explorar aquí es el funcionamiento del modelo básico de fijación de precios de activos y su aplicación. Si bien existen muchos modelos diseñados para diferentes situaciones, estos modelos pueden clasificarse básicamente como fijación de precios de activos de equilibrio general o fijación de precios de activos racionales. Estos modelos tienen un impacto significativo en el proceso de toma de decisiones de los inversores a la hora de elegir inversiones.
La teoría del equilibrio general sostiene que los precios están determinados por la oferta y la demanda del mercado, y que el mercado sólo alcanzará la liquidación cuando la oferta y la demanda estén equilibradas.
En el marco del sistema de fijación de precios de activos en equilibrio general, los precios satisfacen el requisito de que la cantidad ofrecida de cada activo sea igual a la cantidad demandada, lo que se conoce como equilibrio del mercado. Por lo tanto, estos modelos tienen sus raíces en la Teoría Moderna de Portafolios, representada por el Modelo de Precios de Activos de Capital (CAPM). Estos modelos operan en base a variables macroeconómicas. Por ejemplo, en el caso del CAPM, se considera el impacto del "mercado en general"; en el caso del CCAPM, se considera el impacto de la riqueza en general para reflejar aún más las preferencias individuales.
El objetivo principal de estos modelos es establecer una distribución de probabilidad estadística de los precios de "todos" los valores durante un horizonte de inversión futuro específico, por lo que estos modelos tienen "gran dimensionalidad".
La fijación de precios de equilibrio general crea un precio de activo para múltiples activos cuando se evalúa una cartera diversificada.
Según esta teoría, calcular el valor de una inversión o acción requiere tres pasos: primero, hacer una previsión financiera para el negocio o proyecto; segundo, descontar los flujos de caja resultantes a la tasa de interés que devuelve el modelo elegido, lo que es el tipo de cambio actual. Se refleja el riesgo de estos flujos de caja; finalmente, estos valores actuales se suman para obtener el valor final. Otra opción aquí, aunque no tan común como el modelo anterior, se llama "valoración fundamental", que utiliza el desempeño financiero esperado de una empresa para simular ganancias.
En un marco de precios racionales, los precios de los derivados se calculan de modo que correspondan a precios de valores más fundamentales (determinados por el equilibrio) y no generen oportunidades de arbitraje libre de riesgos. La característica de este enfoque es que normalmente no se agrupan los activos, sino que se establece un precio de riesgo único para cada activo, por lo que estos modelos son “de baja dimensión”.
Los modelos clásicos como Black-Scholes describen la dinámica de los mercados, incluidos los derivados.
El cálculo de los precios de las opciones y sus "griegas" (es decir, sensibilidades) combina dos partes: un modelo del comportamiento del precio del activo, que se calibra en función de las observaciones del mercado; y un rendimiento del precio de la opción. El costo se utiliza como un método matemático para teñir ocho rangos de valores de referencia. Estos modelos también se utilizan para fijar el precio de instrumentos de renta fija, como los bonos, que constan de un solo activo.
Estos principios de fijación de precios están estrechamente relacionados entre sí y suelen describirse mediante el teorema fundamental de fijación de precios de activos. En resumen, esto significa que, en ausencia de arbitraje, el mercado impone una distribución de probabilidad sobre un rango de escenarios de mercado potenciales, llamada medida neutral al riesgo o de equilibrio, y determina el precio de mercado utilizando la expectativa descontada.
Todos los modelos de precios pueden derivarse en función de un "precio de estado", que está relacionado con el beneficio cuando un estado específico ocurre en un momento específico.
Por ejemplo, el CAPM se puede obtener relacionando la aversión al riesgo con los rendimientos generales del mercado, mientras que el modelo Black-Scholes se obtiene asignando una probabilidad binomial a cada posible precio spot. Estos modelos desempeñan un papel fundamental en la economía financiera, especialmente en la gestión de la incertidumbre y la aversión al riesgo.
En el proceso de comprensión de estos modelos de fijación de precios de activos, ¿cuántos inversores empiezan a considerar cómo se relaciona su proceso de toma de decisiones con la estructura del mercado?