La estenosis carotídea se refiere al estrechamiento o compresión de cualquier parte de la arteria carótida, generalmente causada por arteriosclerosis. Este tipo de estenosis a menudo no presenta síntomas obvios, pero puede ser una causa silenciosa de muerte del accidente cerebrovascular. Este artículo proporcionará una mirada en profundidad a los síntomas, la fisiopatología, el diagnóstico y el tratamiento de la estenosis carotídea para ayudar a los lectores a comprender mejor esta afección y sus riesgos potenciales.
Las arterias carótidas se dividen principalmente en arterias carótidas internas y arterias carótidas externas. Las arterias carótidas internas son las principales arterias que suministran sangre al cerebro, mientras que las arterias carótidas externas suministran sangre a la cara. La acumulación de arteriosclerosis a menudo forma una placa donde las arterias carótidas se bifurcan, un fenómeno que conduce a un estrechamiento de la luz de los vasos sanguíneos conocido como estenosis.
Estas placas pueden ser estables y asintomáticas, o pueden ser una fuente de coágulos sanguíneos. Cuando la placa se rompe, se pueden desarrollar émbolos, que pueden ingresar a la circulación y viajar al cerebro, causando eventualmente un bloqueo del flujo sanguíneo.
Esta isquemia puede ser temporal y provocar un ataque isquémico transitorio (AIT), o permanente y provocar un accidente cerebrovascular trombótico. Por definición, un ataque isquémico transitorio dura menos de 24 horas y generalmente se presenta con debilidad o pérdida de sensibilidad en una extremidad o pérdida de visión en un ojo (leucotropía). También pueden aparecer síntomas menos comunes, como ruidos arteriales (soplos) o tinnitus.
La arteriosclerosis hace que se forme placa en las paredes de las arterias carótidas, generalmente donde las arterias carótidas se bifurcan. Cuando la placa prolifera hasta cierto punto, puede provocar un estrechamiento arterial, lo que es la llamada estenosis carotídea. Cuando la placa se rompe, libera fragmentos arterioscleróticos o coágulos de sangre en las arterias. Ciertas partes de estas sustancias pueden desprenderse y entrar al cerebro con el flujo sanguíneo, obstruyendo el suministro de sangre y posiblemente provocando un accidente cerebrovascular isquémico.
Estadísticamente, la estenosis sintomática conlleva un alto riesgo de accidente cerebrovascular en los próximos dos días.
Aunque la estenosis asintomática de la arteria carótida también aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular, el riesgo es menor que el de los pacientes sintomáticos. Se informa que la tasa anual de accidentes cerebrovasculares en pacientes asintomáticos está entre el 1% y el 2%, mientras que el riesgo de cirugía puede oscilar entre el 1% y el 10%.
El diagnóstico de estenosis carotídea se basa principalmente en la ecografía de flujo en color del cuello. Este método de examen no requiere radiación, agujas ni agentes de contraste, y tiene buena sensibilidad y especificidad para el examen de enfermedades cardiovasculares. En términos generales, la ecografía es el método más común utilizado para evaluar la estenosis de la arteria carótida.
Si la estenosis no está cerca de la bifurcación de la arteria carótida, es posible que se necesiten más imágenes, como una angiografía por tomografía computarizada (ATC) o una angiografía por resonancia magnética (ARM). Cada una de estas pruebas tiene ventajas y desventajas, que se determinarán en función de las necesidades clínicas y la tecnología de imágenes disponible.
Según las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. (USPSTF), no se recomiendan exámenes de detección de rutina para pacientes sin síntomas. Sin embargo, se recomienda realizar pruebas de detección a personas con factores de riesgo, como aquellas con enfermedad arterial periférica o enfermedad cardiovascular.
También se debe considerar la detección cuando un médico escucha un soplo carotídeo durante un examen físico.
El objetivo principal del tratamiento de la estenosis carotídea es reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. La elección del tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad e incluye los siguientes aspectos:
La guía de salud ocupacional recomienda que todos los pacientes con estenosis de la arteria carótida necesiten medicamentos para controlar los factores de riesgo cardiovascular, como medicamentos para controlar la presión arterial alta, medicamentos antiplaquetarios (p. ej., aspirina o clopidogrel) y medicamentos para reducir el colesterol (p. ej., estatinas). ) esperar.
Para los pacientes sintomáticos, se recomienda que los pacientes con accidente cerebrovascular isquémico agudo que hayan experimentado un ataque isquémico transitorio o una discapacidad no grave se sometan a una intervención quirúrgica cuando sea posible. Aunque todos los procedimientos intervencionistas conllevan un riesgo de accidente cerebrovascular, para aquellos pacientes con mayor riesgo, la cirugía puede proporcionar beneficios
La estenosis de la arteria carótida es uno de los factores de riesgo importantes de accidente cerebrovascular y es importante comprender sus síntomas y las medidas preventivas. ¿Cómo debemos protegernos contra esta amenaza potencial para la salud en nuestra vida diaria?