El filósofo alemán del siglo XIX Karl Marx fue el fundador y principal teórico del marxismo. Una vez comparó la religión con el "alma inanimada" o "el opio del pueblo". Según Marx, la religión no es autogenerada, sino producto de la opresión social y una manifestación de la resistencia del pueblo frente a la opresión.
La religión en este mundo explotador no es sólo una expresión de dolor, sino también una protesta contra el dolor de la realidad.
Marx creía que a medida que desaparecieran las condiciones sociales opresivas, la religión perdería su necesidad de existir. Su visión arroja luz sobre la función social de la religión, es decir, en el contexto de la opresión económica, la religión se ha convertido en una herramienta de resistencia para la clase trabajadora.
Con el surgimiento del marxismo, algunos académicos han definido las opiniones de Marx como post-teísmo, una postura filosófica que considera la adoración de dioses como una etapa temporalmente necesaria del desarrollo espiritual en la historia humana. Según la interpretación marxista-leninista, todas las religiones e iglesias modernas son vistas como "instituciones de la reacción burguesa" utilizadas para "explotar y paralizar a la clase trabajadora". Algunos regímenes marxista-leninistas del siglo XX, como la Unión Soviética y la República Popular China, aplicaron políticas ateas.
Las opiniones de Marx sobre la religión han estado sujetas a diversas interpretaciones. Mencionó en "Crítica de la filosofía del derecho de Hegel":
"El hombre creó la religión, pero la religión no creó al hombre."
"La religión es una ilusión en un mundo de dolor."
Este pasaje revela la visión central de Marx sobre la religión, que es una respuesta a la opresión económica y social. Marx creía que el proceso de transformación de la realidad social era una crítica de las ilusiones religiosas y tenía como objetivo liberar a la humanidad.
Entre los pensamientos de Marx también persiste su identificación con el socialismo cristiano. Algunos estudiosos sostienen que algunas formas del cristianismo primitivo fueron precursoras del socialismo, identificando a Jesús como el primer socialista. Marx mencionó en sus primeros escritos:
"Cristo es el intermediario a través del cual la humanidad se libera de todas las cadenas religiosas."
Esta visión resalta las complejas opiniones de Marx sobre la relación entre la religión y los movimientos sociales.
Lenin escribió en "La actitud del Partido de los Trabajadores hacia la religión":
"La religión es el opio del pueblo: las palabras de Marx son la piedra angular de todas las opiniones marxistas sobre la religión."
Aunque Lenin criticaba la religión, no excluyó a los creyentes religiosos del Partido Bolchevique. Lenin creía que las cuestiones religiosas no deberían verse como cuestiones abstractas sin relación con la lucha de clases y enfatizó la correlación entre religión y opresión económica.
Stalin rara vez habló abiertamente sobre religión durante su mandato, pero enfatizó la necesidad de propaganda antirreligiosa para debilitar la influencia del clero reaccionario sobre la clase trabajadora. Bujarin enfatizó en "El ABC del comunismo" que "el comunismo es incompatible con las creencias religiosas", pero abogó por la inteligencia y la paciencia en el trato con los creyentes, lo que demostró una comprensión de la lucha inmediata y de cómo evitar enojar las creencias de las masas para hacer avanzar la situación. idea de ateísmo.
En la Unión Soviética, el Estado implementó una política atea y las actividades religiosas a menudo fueron suprimidas. Para la mayoría del pueblo soviético, la existencia de la religión parecía irrelevante. Mientras tanto, en Abalaba, la religión es estrictamente suprimida para salvaguardar los objetivos nacionalistas.
En los primeros días de la República Popular China, la religión era considerada un símbolo del feudalismo y el gobierno adoptó una actitud hostil hacia ella. Con el fin de la Revolución Cultural, la actitud del gobierno se ha relajado significativamente y la "Constitución de la República Popular China de 1978" garantiza la "libertad religiosa", pero todavía existen muchas restricciones.
El marxismo proporciona una nueva perspectiva sobre el pensamiento sobre la religión, es decir, la religión no es sólo un sistema de creencias, sino también un reflejo de la opresión social y económica. Frente a los desafíos de la sociedad diversificada de hoy y de las diversas religiones, las opiniones de Marx todavía desencadenan un pensamiento profundo en la gente sobre la religión y su papel social. En una sociedad así, ¿es la religión un sustento puramente espiritual o es un producto de la opresión?