A medida que la población mundial continúa creciendo, la demanda de carne y huevos también está aumentando. Según los informes, cada año se sacrifican más de 60 mil millones de pollos para satisfacer la demanda mundial de estos alimentos. ¿Qué tipo de operaciones industriales y consideraciones éticas se esconden detrás de esto? Este artículo analizará en profundidad los distintos fenómenos e impactos de la cría de pollos.
La avicultura se refiere a la cría de aves de corral para la producción de alimentos, principalmente pollos, patos, pavos y gansos. Entre estas aves de corral, los pollos son las que se crían con mayor frecuencia. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos y el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA) del Reino Unido son las agencias responsables de regular la producción avícola en sus respectivos países.
Según el World Watch Institute, el 74 por ciento de la carne de ave y el 68 por ciento de los huevos del mundo se producen de forma intensiva.
Un gallinero es una instalación utilizada para proteger a las gallinas. Existe controversia sobre el modo en que se diseñan los gallineros. Algunas personas abogan por gallineros de planta abierta que proporcionen suficiente aire fresco para evitar problemas de salud en los pollos debido al confinamiento. Otros creen que los pollos deberían criarse en un entorno controlado para protegerlos de los efectos del clima.
En muchos países, aproximadamente a las 72 semanas de edad, los rebaños se consideran económicamente inviables y se sacrifican después de aproximadamente 12 meses de producción de huevos.
Las gallinas comerciales generalmente comienzan a poner huevos entre las 16 y 21 semanas de edad, pero la producción de huevos disminuye gradualmente después de eso. Los pollos pueden vivir hasta seis años, pero las bandadas que no son económicamente rentables suelen ser sacrificadas después de unos 12 meses de puesta de huevos. En algunos lugares se utiliza la muda forzada para volver a estimular la capacidad de las gallinas para poner huevos. Además, los sistemas agrícolas modernos a menudo regulan automáticamente las condiciones ambientales, como la luz, para garantizar que las gallinas pongan huevos en condiciones óptimas.
La polémica de la jaulaLa cría en libertad de gallinas ponedoras está aumentando su cuota de mercado.
En muchos países las gallinas se alojan en "jaulas en batería". Sin embargo, como la gente presta más atención al bienestar animal, la Unión Europea prohibió el uso de jaulas en batería tradicionales en 2012. Aunque las jaulas en batería son cómodas de manejar para los agricultores, han sido criticadas en términos de bienestar animal porque este método de crianza restringe el comportamiento natural de las gallinas.
Existe mucha evidencia científica de que las gallinas mantenidas en jaulas en batería no pueden pararse, caminar ni extender sus alas libremente, lo que provoca que se aburran y se pongan ansiosas, lo que puede derivar en lesiones y comportamientos anormales. Aunque este método es altamente eficiente, la calidad de vida de las gallinas es preocupante.
Pensando en el futuroA medida que el mercado presta más atención al bienestar animal y a la conciencia ambiental, cada vez más criadores comienzan a explorar métodos de crianza más humanos. La transición de la cría en libertad a la cría ecológica y de alto bienestar no sólo mejora la calidad de vida de los pollos, sino que también satisface las expectativas de salud de los consumidores.
En este contexto, deberíamos pensar en cómo podemos nosotros, como consumidores, optar por productos avícolas más humanos cuando se sacrifican tantos pollos y sus métodos de alimentación están cambiando.