La discinesia tardía (DT) es un trastorno inducido médicamente en el que los pacientes experimentan movimientos corporales involuntarios y repetitivos. Estos movimientos pueden incluir contorsiones faciales, sacar la lengua o chasquidos de labios. En aproximadamente el 20% de las personas con TD, el trastorno afecta su capacidad para funcionar en la vida diaria. A medida que se profundiza la investigación, la comunidad médica está prestando cada vez más atención a este tema, especialmente entre aquellos que han estado recibiendo tratamiento a largo plazo con medicamentos bloqueadores de los receptores de dopamina.
El desarrollo de la discinesia tardía generalmente ocurre sólo después de meses o años de medicación, y una vez que se desarrollan los síntomas, su reversibilidad depende en gran medida de la gravedad de los síntomas y de qué tan temprano ocurren.
La causa principal de la discinesia tardía proviene del uso prolongado de bloqueadores de los receptores de dopamina, como los fármacos psiquiátricos y el metoclopán. Estos medicamentos se utilizan principalmente para tratar trastornos psicológicos, pero también pueden emplearse para problemas gastrointestinales o del sistema nervioso. El diagnóstico se basa en la presencia de síntomas y la exclusión de otras causas potenciales. Las medidas preventivas incluyen el uso de la dosis efectiva más baja o la interrupción de los medicamentos psiquiátricos.
El tratamiento implica suspender la medicación neuroléptica si es posible (aunque esto puede empeorar temporalmente los síntomas) o cambiar a un medicamento como la clazapina. Se pueden utilizar otros medicamentos, como valbenacina, tetrafloxacina o toxina botulínica, para aliviar los síntomas. Los estudios han demostrado que algunos pacientes experimentan alivio de los síntomas después del tratamiento, mientras que otros nunca se recuperan. Las estadísticas muestran que aproximadamente el 30% de los usuarios de antipsicóticos convencionales desarrollarán esta enfermedad, mientras que la proporción de usuarios de antipsicóticos atípicos es de alrededor del 20%.Las personas mayores, las mujeres y aquellos con trastornos del estado de ánimo u otros diagnósticos médicos tienen más probabilidades de desarrollar discinesia tardía.
La enfermedad, descrita por primera vez en 1964, se caracteriza por movimientos repetitivos e involuntarios. Los síntomas comunes incluyen muecas faciales, movimientos de la lengua, chasquidos de labios y parpadeo involuntario. En algunos casos, las personas también pueden experimentar movimientos involuntarios rápidos de las extremidades, el torso y los dedos. La encuesta encontró que estos síntomas se revierten en los pacientes de Parkinson porque tienen dificultad para moverse.
Lo que es aún más preocupante para los pacientes, es que a menudo la discinesia tardía se diagnostica erróneamente como un trastorno psiquiátrico, lo que lleva a que se les sigan recetando neurolépticos, lo que aumenta el riesgo de desarrollar síntomas graves e incapacitantes.
Para hacer un diagnóstico eficaz, el personal médico a menudo observa los movimientos faciales del paciente para determinar la presencia de la enfermedad. Durante este proceso, se utiliza una prueba llamada Escala de Movimientos Involuntarios Anormales (AIMS), que puede evaluar eficazmente el grado de movimientos involuntarios. Las respuestas de la prueba varían desde ningún síntoma hasta un malestar intenso, con el objetivo de ayudar a los médicos a comprender la condición del paciente de manera oportuna.
El mecanismo exacto de la discinesia tardía aún no está claro, pero hay muchos estudios que apoyan hipótesis como la hipersensibilidad a la dopamina y el estrés oxidativo.
El estudio también señaló que el tabaquismo, la vejez, el sexo femenino y el daño cerebral congénito aumentan el riesgo de TD. Los polimorfismos de ciertos genes también están relacionados con la aparición de esta enfermedad, y diferentes personas tienen diferente susceptibilidad a la enfermedad. En este contexto, es especialmente importante elegir planes de tratamiento adecuados para los pacientes e identificar los síntomas de manera oportuna.
La mejor manera de prevenir la discinesia tardía es utilizar la dosis efectiva más baja del fármaco y, cuando sea posible, suspender rápidamente el fármaco causante. Sin embargo, en el caso de los pacientes con enfermedades mentales crónicas, como la esquizofrenia, dicha estrategia debe tener en cuenta el riesgo de depresión recurrente.
En 2017, la FDA aprobó el uso de valbenacina para aliviar los síntomas de la discinesia tardía. La comunidad médica está explorando activamente nuevos medicamentos y opciones de tratamiento para abordar esta persistente enfermedad. Hoy en día, los problemas de salud mental y de adaptación social de los pacientes están recibiendo cada vez más atención, lo que demuestra lo importante que es tener una comprensión integral de la discinesia tardía.
Entonces, frente al fenómeno de la discinesia tardía que no puede ignorarse, ¿cómo debemos aumentar la concienciación sobre esta enfermedad y garantizar que los pacientes reciban un mejor apoyo y tratamiento?