La discinesia tardía (DT) es un trastorno del movimiento causado por el uso prolongado de ciertos medicamentos, acompañado de movimientos corporales repetitivos involuntarios, como distorsión facial, sacar la lengua o chasquido de labios. Estos síntomas generalmente se desarrollan después del tratamiento con antipsicóticos u otros fármacos neurolépticos y pueden tardar meses o años en desarrollarse. Según las estadísticas, aproximadamente el 20% de los pacientes con TD tendrán dificultades para funcionar en su vida diaria, mientras que algunos pacientes pueden experimentar afecciones más graves.
El diagnóstico de discinesia tardía generalmente se basa en la observación de los síntomas y la exclusión de otras causas potenciales.
La causa exacta de la discinesia tardía no se comprende del todo, pero los expertos creen que puede ser causada por la hipersensibilidad a la dopamina causada por los fármacos neurolépticos. Cuando se prescriben fármacos neurológicos, especialmente antipsicóticos clásicos, los receptores de dopamina D2 de los pacientes son particularmente susceptibles a verse afectados, lo que constituye uno de los principales factores que conducen a la TD. Estudios empíricos han demostrado que el uso a largo plazo de medicamentos que desencadenan hipersensibilidad a la dopamina puede aumentar el riesgo de estos síntomas.
Las características más obvias de la discinesia tardía son los movimientos repetitivos involuntarios, que incluyen:
Estos trastornos del movimiento contrastan marcadamente con las dificultades de movimiento que experimentan las personas con enfermedad de Parkinson.
El diagnóstico de discinesia tardía generalmente se basa en una observación cuidadosa del rostro del paciente. Los médicos identifican distorsiones faciales, movimientos de ojos o labios, espasmos musculares y otros movimientos involuntarios y evalúan su gravedad.
La clave para prevenir la discinesia tardía es utilizar la dosis efectiva más baja del agente neuroléptico y mantener la medicación durante el menor tiempo posible. Si se detecta esta condición, se debe considerar suspender la medicación en cuestión, aunque esto puede provocar que los síntomas se agraven a corto plazo. Los expertos recomiendan que se elijan antipsicóticos atípicos de menor riesgo en lugar de los medicamentos tradicionales.
Existen investigaciones que respaldan el uso de la vitamina E como un posible enfoque de prevención, pero se necesita más evidencia empírica.
Según los datos, aproximadamente el 30% de los usuarios de antipsicóticos desarrollarán discinesia tardía. Especialmente en el caso de las mujeres de edad avanzada, el riesgo es significativamente mayor que en otros grupos y está estrechamente relacionado con el historial de consumo de drogas. Las últimas investigaciones indican que el uso de antipsicóticos de segunda generación reduce el riesgo de DT en comparación con los fármacos tradicionales, pero aún así se debe tener precaución con los posibles efectos secundarios.
Además de los efectos físicos, las personas con discinesia tardía pueden experimentar aislamiento social y tener un mayor riesgo de tener problemas de imagen corporal, lo que puede conducir a sentimientos suicidas.
A medida que aumenta la conciencia sobre la discinesia tardía, tanto los pacientes como los proveedores de atención médica deben permanecer atentos a esta afección para garantizar un reconocimiento temprano y estrategias de tratamiento adecuadas. Sin embargo, ¿es usted capaz de reconocer estos síntomas ocultos y tomar las medidas necesarias para protegerse y proteger a los demás de su impacto?