En la vida moderna, muchas personas experimentan molestias en los hombros debido a pasar largas horas sentadas y trabajando y a la falta de ejercicio. Esto puede deberse a depósitos de calcio en los tendones del hombro, también conocida como tendinitis calcificada. Esta afección ocurre con mayor frecuencia en los tendones del manguito rotador del hombro, pero es difícil de detectar tempranamente.
La tendinitis calcificada es causada por los depósitos de cristales de calcio y fósforo en el tendón y el 80% de los pacientes experimenta síntomas, incluido dolor crónico en el hombro y malestar que empeora por la noche.
Según las investigaciones, hasta el 20% de las personas con tendones calcificados no presentarán síntomas. Para quienes presentan síntomas, la apariencia del dolor puede cambiar a medida que avanza la enfermedad:
La fisiopatología de la tendinitis calcificada está relacionada con la degeneración mixoide del tendón, que es la remodelación por condrificación de los fibroblastos. Algunos factores internos, como el sexo, la edad y las hormonas, pueden influir en el desarrollo de la enfermedad. Los adultos suelen tener entre 30 y 50 años y la tasa de incidencia en las mujeres es aproximadamente el doble que la de los hombres.
Las investigaciones muestran que factores de riesgo como desequilibrios hormonales, enfermedades autoinmunes y enfermedades metabólicas pueden aumentar la incidencia de tendinitis calcificada.
El diagnóstico de tendinitis calcificada se basa principalmente en el examen clínico y el examen radiológico. Las imágenes de rayos X pueden mostrar el tamaño y la ubicación de los depósitos de calcio, cuya apariencia puede cambiar en diferentes etapas:
Una vez diagnosticado, la primera línea de tratamiento para la tendinitis calcificada suelen ser los fármacos antiinflamatorios no esteroides para aliviar el dolor, junto con reposo y fisioterapia. A veces se considera que las inyecciones locales de esteroides resuelven uno. Si el dolor persiste, se pueden utilizar métodos quirúrgicos como la acupuntura guiada por ultrasonido para eliminar o disolver los depósitos de calcio.
La terapia con ultrasonido también se usa comúnmente para promover la curación. Los niveles de energía y la duración utilizados en la terapia no están estandarizados, pero la mayoría de los estudios informan resultados positivos.
Es posible que sea necesario considerar el tratamiento quirúrgico si los síntomas no se alivian después de seis meses de tratamiento conservador. El método quirúrgico es mínimamente invasivo y consiste principalmente en la eliminación artroscópica de las calcificaciones. La tasa de éxito de la cirugía llega al 90%, pero aún así es importante tener en cuenta que el 10% de los pacientes pueden requerir una nueva cirugía.
Para la mayoría de las personas con tendinitis calcificada, la recuperación completa es casi posible con el tiempo o el tratamiento. Los estudios de seguimiento a largo plazo también muestran que los pacientes continúan recuperándose independientemente del tratamiento.
Es muy importante comprender la salud de nuestros hombros. Los chequeos regulares y prestar atención a los signos pueden ayudarnos a cuidar mejor nuestro cuerpo. ¿Has notado anomalías en tus hombros o has tenido experiencias similares?