Cuando se habla de lesiones de columna causadas por accidentes automovilísticos, las "fracturas por colgante" suelen ser uno de los casos más impactantes. Este tipo de fractura no sólo afecta la columna cervical, sino que también puede afectar la médula espinal, lo que supone una amenaza para la vida humana. ¿Cuál es el aterrador mecanismo y las circunstancias detrás de esto? Este artículo profundizará en ello y revelará la verdad sobre este tema.
Las fracturas en colgante son causadas principalmente por una fuerte hiperextensión o carga axial del cuello. Esto suele ocurrir después de un impacto de alto impacto, como un accidente automovilístico o una caída. Según un estudio realizado en Noruega, el 60% de las fracturas de la columna cervical reportadas fueron causadas por caídas, mientras que el 21% fueron por accidentes de tráfico. Especialmente entre las personas mayores de entre 65 y 84 años, el riesgo de fracturas sigue siendo alto.
La lesión por fractura colgante generalmente es causada por una fuerte extensión excesiva de la cabeza, especialmente cuando el cuello está extendido. Cuando la cabeza sufre un impacto repentino, inevitablemente provocará una lesión en la columna cervical.
Este tipo de lesión no se limita a los ahorcamientos judiciales. Incluso en los accidentes de tráfico, cuando la mejilla del conductor o del pasajero choca constantemente con objetos duros, la columna cervical también está en riesgo. En estos incidentes, la velocidad y fuerza con la que la cara entra en contacto con un objeto puede resultar fatal en un instante.
Para evitar fracturas provocadas por accidentes automovilísticos, los pasajeros y conductores deben mantener sus cinturones de seguridad abrochados en todo momento. Especialmente durante la conducción a alta velocidad o frenadas repentinas, los pasajeros que no usan el cinturón de seguridad tienen más probabilidades de sufrir impactos directos en la cabeza.
En los deportes de contacto, los jugadores también deben usar equipo de protección adecuado, como cascos, para reducir el riesgo de lesiones en la cabeza. Las organizaciones y equipos deportivos deben promover y enfatizar estas medidas de seguridad para garantizar la seguridad de los jugadores.
Los métodos de tratamiento para las fracturas colgantes se dividen principalmente en dos tipos: no quirúrgicos y quirúrgicos. Los tratamientos no quirúrgicos generalmente requieren inmovilización de la columna, mientras que la cirugía puede implicar la fusión de la columna cervical u otros procedimientos de reparación. Los estudios han demostrado que los pacientes que se someten a un tratamiento quirúrgico tienen un riesgo significativamente menor de complicaciones futuras, no sufrirán problemas como infecciones en los orificios de las uñas y pueden regresar a la vida diaria más rápidamente.
Según los datos de la AHRQ, las fracturas C2 representan una proporción significativa de todas las fracturas vertebrales, especialmente en pacientes de edad avanzada. Estos datos muestran que en Estados Unidos, 12.532 pacientes fueron hospitalizados por fracturas C2 en 2010, una cifra que aumentó un 250% en una década, lo que demuestra que la incidencia de estas fracturas no puede subestimarse a medida que envejecemos.
Los gastos médicos necesarios para el tratamiento de las fracturas colgantes también están aumentando, lo que demuestra que la sociedad concede gran importancia a este tema.
Según la encuesta, el coste médico medio de las fracturas C2 en 2010 fue de 17.000 dólares estadounidenses. En los últimos diez años, esta cifra ha aumentado a casi 60.000 dólares estadounidenses. Esto refleja el esfuerzo y el costo para el sistema de salud y la sociedad al responder a este daño.
¿Alguna vez te has preguntado cuántos riesgos potenciales de lesiones en el cuello se esconden en la vida diaria?