En el proceso de desarrollo de los dientes, existe un misterioso pero importante tumor llamado ameloblastoma. El descubrimiento de este tumor se remonta a 1827 y la comunidad médica de la época no lo comprendía completamente. Con el paso del tiempo, la investigación sobre la odontodermia ha seguido profundizándose y poco a poco ha ido ganando la atención de la medicina moderna. Este tumor se presenta principalmente en la mandíbula inferior, que es más común que la mandíbula superior. Su lento crecimiento puede causar deformidades faciales y de la mandíbula graves, e incluso tener un impacto significativo en la vida del paciente.
La presencia de odontoblastoma puede provocar desgarro del hueso y destrucción del tejido circundante, lo que hace que la resección del tumor sea el único tratamiento.
Según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud de 2017, el odontoma se divide en cuatro tipos:
El odontoblastoma tradicional generalmente se presenta con múltiples áreas quísticas grandes y es la forma más común.
Este tipo es relativamente leve y representa aproximadamente el 10 % de los casos de odontodermia. Es más común en pacientes jóvenes. A menudo se asocia con muelas del juicio no erupcionadas.
Aunque son raros, los tumores odontodérmicos histológicamente atípicos a veces conducen a metástasis y se encuentran principalmente en los pulmones.
Este tipo constituye el 2% de todos los tumores odontodérmicos.
El odontoblastoma suele presentarse en los maxilares superior e inferior, pero el 80% de los casos se localiza en el maxilar inferior, especialmente en la zona de la esquina posterior. A menudo se asocian con dientes no erupcionados y pueden provocar el desplazamiento de los dientes adyacentes y la reabsorción radicular. Los síntomas de los pacientes incluyen un bulto indoloro que crece lentamente y que eventualmente puede causar desfiguración facial.
A medida que la masa crece, su expansión puede comprimir los tejidos circundantes, provocando dientes flojos y maloclusión.
En algunos casos, la expansión del hueso puede provocar la afectación de los tejidos blandos, lo que también puede hacer que el tumor sea más difícil de tratar. Los tumores odontodérmicos en la mandíbula superior, en particular, pueden extenderse a los senos paranasales y a la cavidad craneal debido a la debilidad del hueso, y la situación a veces puede poner en peligro la vida.
Los tumores odontodérmicos tradicionales tienen estructuras tumorales tanto quísticas como sólidas. Sus características histológicas se pueden dividir en dos tipos principales: tipo folicular y tipo reticular.
Este es el tipo más común y contiene una estructura celular organizada rodeada de células columnares similares a los ameloblastos.
En este tipo, el tejido epidérmico exhibe una apariencia proliferativa de "malla de pescado" con distintas capas de células en proliferación, lo que es útil para el diagnóstico.
El diagnóstico de odontoblastoma generalmente se basa en un examen radiológico, y la biopsia confirma la naturaleza patológica. Radiológicamente, el tumor aparece como un área redonda y clara en el hueso y puede tener una apariencia de "burbuja de jabón".
En la actualidad, la resección quirúrgica sigue siendo el método de tratamiento más eficaz y puede reducir eficazmente la posibilidad de recurrencia.
Dependiendo de la situación específica del paciente, se puede considerar la resección del tumor o la extirpación del quiste, pero este método tiene una tasa de recurrencia más alta. En la mayoría de los casos, la cirugía requiere la extirpación del tumor y el tejido sano circundante para garantizar un buen pronóstico.
Las investigaciones muestran que las personas con ascendencia africana tienen una tasa de incidencia significativamente mayor, mientras que los datos de incidencia para hombres y mujeres son similares, pero los tumores aparecen antes y son más grandes en las mujeres.
Aunque el odontoblastoma es relativamente raro, tiene un impacto significativo en la vida de los pacientes, por lo que la investigación de seguimiento continua y el diagnóstico temprano son cruciales.
La investigación y la comprensión del odontoblastoma aún están en desarrollo, lo que también nos hace pensar: ¿podemos prevenir y tratar mejor este tumor oral que no se puede ignorar en el futuro?