Casi la mitad de los corredores sufrirán lesiones relacionadas con la carrera cada año, lo que no sólo preocupa a los atletas profesionales, sino que también afecta a las personas que aman correr por placer. Según diversos estudios, la postura al correr y la elección del calzado están estrechamente relacionadas con estas lesiones. Este artículo le brindará una visión interna de cómo la forma de correr afecta su riesgo de lesiones y le brindará algunos consejos de prevención.
Cada año, aproximadamente el 50 % de los corredores sufrirán lesiones relacionadas con la carrera.
Las lesiones al correr se pueden dividir en dos categorías principales: agudas y crónicas. Las lesiones agudas suelen ser causadas por un estallido repentino de estrés excesivo, como una distensión muscular o un calambre, mientras que muchas lesiones comunes se desarrollan de forma crónica, a menudo por uso excesivo. Las lesiones crónicas particularmente comunes incluyen el síndrome de estrés tibial, las fracturas por estrés y la tendinitis de Aquiles. Sin embargo, cómo prevenir estas lesiones, especialmente en lo que respecta a la elección de la postura para correr, es una cuestión a la que los corredores deben prestar atención.
El patrón de contacto del pie durante la carrera, cómo el pie contacta el suelo, es clave para determinar cómo se distribuyen las fuerzas del impacto en varias partes del cuerpo durante cada carrera. Muchas zapatillas para correr modernas se centran en ajustar este patrón de contacto con la esperanza de reducir el riesgo de lesiones. Sin embargo, en los últimos años ha ido apareciendo en Occidente la tendencia de correr descalzo. Muchos aficionados al deporte afirman que esto reduce el riesgo de lesiones. Sin embargo, todavía no hay pruebas científicas suficientes que respalden esta afirmación.
La postura incorrecta al correr es la principal causa de tensión excesiva en los músculos y las articulaciones durante la carrera.
Durante la carrera, los corredores a menudo deforman su postura debido a la fatiga, y dichos cambios pueden aumentar aún más el riesgo de lesiones. Un estudio muestra que cuando los corredores se fatigan, la simetría de la parte inferior del cuerpo disminuye significativamente, lo que significa que el movimiento asimétrico puede ser un factor de riesgo de lesión.
Los diferentes patrones de contacto del pie incluyen: golpe con el antepié, golpe con el mediopié y golpe con el talón. La investigación científica muestra que los corredores que golpean con la punta del pie generalmente experimentan menos fuerza de impacto que aquellos que golpean con el talón. Sin embargo, con el cambio drástico en el estilo de correr, las personas que pasan a correr descalzos o a zapatillas minimalistas por primera vez pueden sufrir lesiones musculares o tendinosas si no se adaptan gradualmente.
Las zapatillas para correr tradicionales están diseñadas para brindar más soporte y amortiguación, lo que puede reducir eficazmente el impacto de las superficies duras. Sin embargo, las investigaciones señalan que usar zapatos para correr tradicionales y cómodos puede no prevenir completamente las lesiones. A veces, incluso si los zapatos son más caros, solo pueden brindar comodidad psicológica a los corredores con lesiones existentes, pero en última instancia no mejoran su condición física.
Al elegir zapatillas para correr, el diseño de los pedales puede afectar la forma en que se mueve el pie, afectando así la distribución de la carga. Los estudios han demostrado que las zapatillas para correr con una rigidez torsional lateral adecuada pueden reducir significativamente el riesgo de lesiones en las extremidades inferiores. Algunos atletas pueden necesitar opciones de calzado específicas para abordar diferentes situaciones de uso excesivo.
Si los corredores pueden mantener una postura correcta al correr durante el entrenamiento, reducirán eficazmente el riesgo de lesiones.
Una de las formas efectivas de mejorar la postura es mantener el cuerpo erguido y reducir el balanceo innecesario. Al mismo tiempo, los corredores deben prestar atención a relajar el cuerpo durante la práctica para evitar la tensión. El fortalecimiento del entrenamiento de los músculos centrales puede ayudar a mejorar la estabilidad. Además, los ejercicios de calentamiento no pueden ignorarse y deben combinarse con entrenamiento de fuerza para permitir que los músculos se adapten a una mayor intensidad del ejercicio.
Un buen comienzo es calentar bien antes de correr para asegurarse de que todos los músculos estén completamente estirados. Cuando se sienta cansado, verifique si su postura es correcta y haga los ajustes oportunos para ayudar a reducir la posibilidad de lesiones.
Después de considerar las diversas lesiones que suelen producirse al correr, quizás deberíamos reflexionar: ¿Realmente entendemos nuestro cuerpo y nuestros hábitos? ¿Cómo podemos reducir más eficazmente el riesgo de lesiones al correr?