La neoplasia intraepitelial cervical (NIC), también conocida como displasia cervical, es un estado de crecimiento celular anormal que puede conducir al desarrollo de cáncer de cuello uterino. La CIN se produce principalmente en la unión escamocolumnar del cuello uterino, una zona de transición entre el epitelio escamoso de la vagina y el epitelio columnar del cuello uterino. La mayoría de los casos de CIN son causados por una infección con el virus del papiloma humano (VPH), pero no todas las personas infectadas con VPH desarrollarán cáncer de cuello uterino. Aunque la infección por VPH finalmente se resuelve por sí sola en muchas mujeres, la infección persistente por VPH durante muchos años puede aumentar el riesgo de desarrollar CIN de alto grado.
El CIN generalmente no causa síntomas claros, pero el cáncer de cuello uterino asociado puede presentarse con sangrado o secreción anormal.
Debido a que el CIN a menudo no es evidente en sus primeras etapas, la detección para su diagnóstico es muy importante. La prueba de Papanicolaou y la prueba del VPH son los dos métodos de detección más utilizados. Mientras que la prueba de Papanicolaou detecta posibles cambios precancerosos al tomar muestras aleatorias de células en el área del cambio, la prueba de VPH puede identificar la mayoría de los tipos de VPH de alto riesgo que causan CIN. Los resultados de estas pruebas a veces se categorizan utilizando criterios similares al sistema Bethesda, que pueden orientar claramente el manejo clínico posterior.
Cuando una prueba de Papanicolaou muestra una anomalía, generalmente se recomiendan pruebas adicionales, como una colposcopia. Este procedimiento examina el cuello uterino bajo aumento y realiza biopsias de cualquier área anormal. La biopsia será sometida a análisis histopatológico para ayudar a confirmar la presencia y el tipo de CIN. Aunque estos exámenes son necesarios, algunas mujeres experimentan molestias o dolor durante el proceso, lo que ha llevado a los investigadores a explorar formas efectivas para reducir el dolor.
En el caso de lesiones leves de CIN 1, generalmente no se recomienda el tratamiento ya que la mayoría de los casos mejorarán por sí solos en el plazo de dos años.
Después del diagnóstico, el plan de tratamiento variará dependiendo del grado de CIN. Para grados superiores de CIN, especialmente CIN 2 y superiores, pueden necesitarse tratamientos como crioterapia, terapia láser y procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP) para eliminar o destruir las células anormales. Vale la pena señalar que, aunque estos métodos quirúrgicos reducen eficazmente el riesgo de desarrollar cáncer, pueden afectar embarazos futuros.
A medida que mejora nuestra comprensión del CIN y su progresión, se recomienda a muchas mujeres que continúen con las pruebas de detección después de recibir la vacuna contra el VPH. Porque aunque la vacuna puede reducir significativamente el riesgo de infección por VPH, no puede eliminar por completo la posibilidad de CIN. La detección adecuada sigue siendo una medida importante para prevenir el cáncer de cuello uterino.
Sin tratamiento, el CIN 1 tiene una tasa de regresión de aproximadamente el 70%, mientras que el CIN 2 tiene una tasa de regresión de hasta el 50%.
Según las últimas investigaciones, la mayoría de los casos de CIN se detectan antes de los 35 años. Sin intervención, muchas afecciones se resolverán por sí solas y nunca progresarán a cáncer. Esto significa que los controles regulares no sólo pueden detectar problemas de forma temprana, sino que también reducen eficazmente el riesgo de desarrollar cáncer. Es importante señalar que, si bien el CIN a menudo se considera un proceso de progresión lenta, en algunos casos el cáncer puede desarrollarse sin ningún precursor del CIN.
A medida que las mujeres se vuelvan más conscientes de su salud, la detección y el tratamiento del CIN serán más transparentes. Sin embargo, el equilibrio entre tratamiento y vigilancia, especialmente en mujeres más jóvenes, sigue siendo una cuestión que requiere una consideración cuidadosa. No podemos evitar preguntarnos: ¿comprende usted los riesgos y las pruebas de detección necesarias cuando se trata de la salud cervical?