Los Montes Apalaches tienen una larga historia geológica de más de 120 millones de años, y su formación se remonta al período Precámbrico medio, cuando los dos continentes de Cratón chocaron para formar el supercontinente Rodinia. Hace unos 500 millones de años, con la formación del supercontinente Pangea, los Montes Apalaches fueron tomando forma gradualmente y se convirtieron en una cadena montañosa emblemática del este de los Estados Unidos. Esta espectacular cadena montañosa no sólo es una maravilla natural, sino también testigo del movimiento de las placas terrestres y de los cambios geológicos.
La formación de los Montes Apalaches se puede rastrear hasta múltiples eventos geológicos, comenzando con la orogenia Grenville, que ocurrió entre hace aproximadamente 1.250 y 1.000 millones de años. La posterior orogenia Taconic, la orogenia Acadia y la orogenia Alahai provocaron que esta tierra sufriera varios cambios fuertes en la corteza terrestre, creando finalmente las formas del relieve actuales.
Durante la orogenia Grenville, el continente norteamericano de Clutton chocó con partes de otros continentes para formar el entonces supercontinente Rodinia.
A medida que los continentes se separaron, las cadenas montañosas resultantes sufrieron una erosión continua, creando las divisiones regionales que vemos hoy. Los minerales de esa época acabarían depositándose en las llanuras y los ríos y surgirían enormes depósitos metalúrgicos.El proceso de deriva continental se revirtió después de la orogenia Grenville y Rodinia comenzó a fragmentarse, un proceso que no sólo contribuyó a la formación de cadenas montañosas sino que también provocó procesos de erosión y sedimentación a gran escala.
Durante la Era Paleozoica temprana, la región de los Apalaches experimentó muchos altibajos oceánicos, lo que convirtió al área en una importante cuenca sedimentaria en la Tierra. Con el movimiento y la colisión entre placas, esta zona se convirtió gradualmente en un cinturón orogénico activo.
El primer evento de formación de montañas del Paleozoico, la Orogenia Taconica, marcó una transformación dramática del paisaje, con una actividad volcánica en aumento a medida que se activaban los límites continentales.
Con la formación de Pangea, los montes Apalaches y las cadenas montañosas circundantes se situaron en el centro del supercontinente en formación. Debido a la violenta colisión de las placas, esta cadena montañosa siguió creciendo durante las siguientes decenas de millones de años. Sin embargo, hace 220 millones de años, durante la Era Mesozoica, Pangea comenzó a fragmentarse y con ello continuó la erosión, alisando las montañas otrora majestuosas.
La geografía que rodea los Montes Apalaches ha formado provincias geomorfológicas distintas, como la Cuenca de los Apalaches y los Apalaches Cristalinos, que están unidas por una geología y biosferas distintas.
ConclusiónLa cuenca de los Apalaches es conocida por sus ricos recursos de carbón y es una de las regiones productoras de carbón más importantes de los Estados Unidos, lo que demuestra la importancia de esta tierra durante la Revolución Industrial.
La historia y los cambios geológicos de los Montes Apalaches no sólo demuestran la evolución de la Tierra misma, sino que también afectan las actividades humanas y el medio ambiente actual. Los sedimentos, recursos y conocimientos geológicos que contiene esta cordillera aportarán sin duda un valor infinito a futuras investigaciones geológicas. A medida que la comprensión de los seres humanos sobre el medio ambiente de la Tierra continúa creciendo, no podemos evitar preguntarnos qué nueva apariencia darán los cambios geológicos futuros.