La migraña abdominal es una enfermedad funcional que se presenta principalmente en niños y adolescentes y no tiene un mecanismo patológico claro ni ninguna anomalía bioquímica. Los niños a menudo experimentan dolor abdominal central intenso, junto con síntomas de migraña como náuseas, vómitos, dolor de cabeza intenso y palidez. Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos no ha aprobado ningún medicamento para tratar las migrañas abdominales, el objetivo principal del tratamiento suele ser prevenir los ataques, lo que a menudo se logra mediante intervenciones no farmacológicas.
Los estudios muestran que la incidencia de la migraña abdominal en niños varía entre el 0,4% y el 4%, y afecta principalmente a niños de 3 a 10 años, con una mayor incidencia en mujeres.
La característica distintiva de la migraña abdominal es un dolor abdominal intenso, generalmente en la línea media, que aparece y desaparece de forma repentina y repetitiva, con una duración media de unas 17 horas. El dolor a menudo se describe como sordo y localizado alrededor del ombligo, aunque también se ha informado que es difuso y calambres. El 91% de los pacientes experimentan pérdida de apetito, entre el 73% y el 91% experimentan náuseas, entre el 35% y el 50% experimentan vómitos y casi todos los pacientes (entre el 93% y el 100%) presentan palidez asociada. El ataque suele terminar de repente.
La aparición de migraña abdominal puede estar relacionada con cambios específicos en el eje intestino-cerebro, función vascular anormal, cambios en el sistema nervioso central y factores genéticos.
Factores de riesgo Los factores psicológicos también pueden desempeñar un papel en la patogenia de la migraña abdominal. Los estudios han demostrado que el abuso y los eventos estresantes son factores de riesgo para el dolor abdominal recurrente, y los niños con trastornos gastrointestinales funcionales tienen más probabilidades de sufrir problemas de salud mental como ansiedad y depresión.Los desencadenantes comunes incluyen: estrés en el trabajo y en el hogar, patrones de sueño irregulares, ayuno prolongado y poca alimentación, deshidratación, ejercicio, viajes, alimentos con alto contenido de aminas, alimentos que contienen saborizantes, colorantes y glutamato monosódico, y luces intermitentes.
Debido a la fuerte incidencia familiar de la migraña abdominal y otras migrañas, es probable que esté involucrado un componente genético significativo, en particular mutaciones que afectan el tráfico de la membrana celular (canalopatías).
Al diagnosticar la migraña abdominal, es importante excluir otros trastornos orgánicos y considerar también el estado funcional del paciente. El diagnóstico de la migraña abdominal requiere una historia clínica y un examen físico completos, así como una evaluación cuidadosa de los posibles signos y síntomas de advertencia. Según los criterios de Roma IV, los episodios consecutivos de dolor abdominal deben durar al menos una hora, ser repetitivos y paralizantes, interferir con las actividades normales y deben estar separados por períodos libres de síntomas de semanas o meses entre episodios.
TratamientoDebido a la falta de investigación en la literatura, no existen recomendaciones claras para el tratamiento de la migraña abdominal. Muchas opciones de tratamiento se basan en evidencia a pequeña escala y están estrechamente relacionadas con la migraña abdominal y su asociación con la migraña. El uso del acrónimo ESTRÉS puede ayudar a los médicos a recordar detalles del tratamiento, incluido el manejo del estrés, recomendaciones de viaje, descanso, síntomas de emergencia, luces intermitentes y alimentos que se deben evitar. Aunque no se han realizado ensayos aleatorios que evalúen específicamente los efectos de la biorretroalimentación y el asesoramiento en el tratamiento de la migraña abdominal, es posible que estas intervenciones puedan ser útiles si el estrés emocional es un desencadenante.
Pronóstico y epidemiologíaLas migrañas abdominales pueden afectar significativamente su vida diaria. Muchos pacientes superan el trastorno y la edad promedio del diagnóstico es de 7 años. Aunque es poco común en adultos, los niños que han tenido migrañas abdominales pueden desarrollar migrañas a medida que crecen. Estudios recientes sugieren que las migrañas abdominales pueden ocurrir en un porcentaje de hasta un 9% o tan bajo como un 1% en niños.
Descrita por primera vez en 1921, la afección inicialmente se consideró un diagnóstico controvertido, pero ahora se reconoce como una causa común de dolor abdominal crónico en niños. Sin embargo, ¿alguna vez te has sentido confundido por algunos de los hábitos de tu vida diaria que no puedes relacionar con esta enfermedad?