Las verduras verdes como el brócoli, las coles de Bruselas y la col rizada se han convertido en un ingrediente indispensable en la dieta actual. Pero ¿sabes cómo han cambiado silenciosamente estas verduras a lo largo de la historia? Estos cambios no sólo representan las elecciones y preferencias humanas en cuanto a alimentos, sino que también reflejan la adaptación y evolución de las propias plantas.
La coliflor (Brassica oleracea) pertenece a la familia de las crucíferas. Originariamente evolucionó a partir de la col silvestre y es originaria de la región mediterránea. Su cultivo se remonta a la época griega y romana, hace miles de años. De acuerdo a
"Las fuentes históricas indican que en los textos antiguos se mencionaban varias variedades de repollo, incluidas las de hojas lisas, las de hojas rizadas y las silvestres".
Esto sugiere una diversidad temprana y el impacto de la selección humana.
La selección artificial realizada por los humanos ha llevado a la aparición gradual de variantes con diferentes apariencias, basadas en las preferencias por hojas, brotes y tallos. Por ejemplo, alrededor del siglo V a.C., la gente comenzó a cultivar hojas más grandes y gruesas basándose en su amor por las hojas, lo que eventualmente condujo a lo que ahora conocemos como repollo.
Con el tiempo, la demanda de diferentes partes de la planta condujo a una mayor evolución de las especies, por ejemplo, la gente comenzó a preferir el cultivo de la coliflor en torno al consumo de brotes inmaduros, una tendencia que alcanzó su punto máximo alrededor del siglo I d.C., formándose la diversas formas que conocemos hoy en día.
Según el Real Jardín Botánico, B. oleracea se divide en ocho grupos principales, cada uno de los cuales contiene muchas variantes diferentes, como se muestra a continuación:
“Las variedades acéfalas (variedades sin espigas) incluyen el repollo, la col rizada, etc.; las variedades botrytis (variedades con espigas) incluyen la coliflor y el repollo”.
Esta clasificación no sólo nos ayuda a entender la relación entre los distintos tipos de plantas, sino que también muestra la diversidad de la elección humana de variedades vegetales.
Entre los sentidos humanos, la percepción del gusto afecta nuestra preferencia por diversos vegetales, y esta percepción está estrechamente relacionada con los genes. Los estudios han demostrado que el gen TAS2R38 es un gen relacionado con la percepción del sabor amargo, y diferentes versiones de este gen (alelos) afectan la preferencia de las personas por verduras amargas como el repollo.
Según las investigaciones, las distintas variantes genéticas pueden provocar diferencias en la percepción del gusto entre individuos, lo que hace que algunas personas odien las verduras amargas, mientras que otras son relativamente insensibles, lo que influye en nuestras elecciones de hábitos alimentarios. Tiene un gran impacto .
Una serie de decisiones humanas no sólo han cambiado la apariencia de estos vegetales, sino que también han afectado la forma en que crecen y se reproducen. A medida que aprendemos más sobre las plantas, ¿podemos utilizar este conocimiento para desarrollar nuevos tipos de vegetales que sean más nutritivos y resistentes a las enfermedades en el futuro?
A medida que el mundo presta más atención a la alimentación saludable, los métodos de selección y cultivo de verduras evolucionan constantemente. ¿Qué potencial de adopción futura se esconde detrás de todos estos cambios?