Durante el embarazo, los cambios fisiológicos de la madre pueden exponer a la embarazada a diversos grados de riesgos para la salud, entre los cuales la bacteriuria asintomática es un problema que no se puede ignorar. En este caso, a menudo se ignora la presencia de bacterias en la orina sin síntomas evidentes, pero en realidad puede tener un gran impacto en la salud de la madre y del bebé.
Los estudios han demostrado que las mujeres embarazadas con bacteriuria asintomática pueden correr riesgo de tener bajo peso al nacer, parto prematuro y cesárea.
Según las estadísticas, aproximadamente el 3% de las mujeres sanas de mediana edad tienen bacteriuria asintomática. Sin embargo, en los centros de cuidados de larga duración, esta tasa puede llegar al 50%. Entre los hombres mayores, la cifra ronda el 40 por ciento. Este fenómeno es más común en pacientes que usan catéteres urinarios durante mucho tiempo y casi todos los pacientes experimentarán bacteriuria asintomática.
El impacto de la bacteriuria asintomática en la mujer embarazadaEl ambiente fisiológico durante el embarazo favorece el crecimiento de patógenos en el tracto urinario, haciendo que las mujeres embarazadas sean más susceptibles a la bacteriuria asintomática. Aunque la bacteriuria asintomática en sí no requiere tratamiento, si no se toma en serio, puede dar lugar a una serie de complicaciones, entre ellas cistitis aguda, pielonefritis y otras infecciones del tracto urinario (ITU), que son peligrosas y tienen efectos adversos en las mujeres embarazadas y fetos. factor.
El período de alto riesgo de infección durante el embarazo puede provocar síntomas graves como hipertensión gestacional y preeclampsia.
El diagnóstico de bacteriuria asintomática generalmente se basa en análisis de orina, incluido el análisis de orina y el cultivo de orina. El cultivo de orina puede detectar con precisión la cantidad y los tipos de bacterias en la orina. Sin embargo, generalmente no se recomienda realizar pruebas excesivas a individuos asintomáticos porque la bacteriuria asintomática es relativamente común en adultos sanos y las pruebas excesivas pueden causar ansiedad e intervención innecesarias.
Detección y tratamiento durante el embarazoEn muchos países se recomienda la detección de bacteriuria asintomática durante la atención prenatal. Aunque esta práctica es controvertida, su objetivo es detectar y tratar de forma temprana y reducir los riesgos potenciales para las mujeres embarazadas y sus fetos. Si durante el diagnóstico se encuentra bacteriuria asintomática, el médico generalmente decidirá si es necesario un tratamiento con antibióticos para prevenir la posibilidad de una mayor infección después de considerar exhaustivamente el estado de salud del paciente.
En ausencia de otros problemas de salud graves, generalmente no se recomienda el tratamiento inmediato para mujeres embarazadas a las que se les diagnostica bacteriuria asintomática. Los expertos han enfatizado durante mucho tiempo la necesidad de tratar la bacteriuria asintomática con precaución, en comparación con el tratamiento estándar de las infecciones urinarias, para evitar los efectos secundarios del uso excesivo de antibióticos, como el aumento de infecciones por E. coli resistente a los medicamentos.
Si la bacteriuria asintomática no se trata, puede provocar una serie de complicaciones durante el embarazo, incluida una mayor probabilidad de infección y afectar el crecimiento y desarrollo fetal. Sin embargo, los estudios han demostrado que en muchos casos no es posible señalar claramente una relación causal directa, lo que hace que el tema sea controvertido. Por lo tanto, cómo equilibrar la contradicción entre detección y tratamiento sigue siendo un problema urgente por resolver en el campo de la obstetricia.
El impacto de la bacteriuria asintomática en el futuro de las mujeres embarazadas y sus fetos no puede ignorarse, y vale la pena considerar cómo abordar este desafío de salud.