Con los cambios en el estilo de vida y el aumento de la población de edad avanzada, las enfermedades cardíacas se han convertido en una de las principales amenazas para la salud en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren 9,7 millones de personas a causa de enfermedades cardíacas. Para prevenir y tratar las enfermedades cardíacas, la comunidad médica presta cada vez más atención a la aplicación de la terapia antiplaquetaria, especialmente la terapia antiplaquetaria dual (DAPT). Esta terapia reduce significativamente el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular al reducir la agregación plaquetaria y la formación de coágulos sanguíneos.
Los fármacos antiplaquetarios son eficaces en la circulación arterial y desempeñan un papel importante en la prevención y el tratamiento de enfermedades cardiovasculares.
La terapia antiplaquetaria dual generalmente se refiere a la combinación de aspirina con un inhibidor de ADP/P2Y (como clopidogrel, prasugrel o ticagrelor) para lograr mejores efectos terapéuticos que cualquiera de los fármacos por separado. Esta terapia es particularmente adecuada para pacientes con angina inestable, infarto de miocardio sin elevación del segmento ST y otras enfermedades trombóticas de alto riesgo.
Se ha demostrado que DAPT reduce significativamente los ataques cardíacos, los accidentes cerebrovasculares y la mortalidad cardiovascular general, pero no se recomienda en pacientes de bajo riesgo debido a un riesgo significativamente mayor de hemorragia grave.
Los antiagregantes plaquetarios se pueden clasificar según su mecanismo de acción:
La terapia antiplaquetaria es indispensable en muchas condiciones médicas. La prevención y el tratamiento eficaces de los coágulos de sangre arterial son cruciales en afecciones como la cirugía cardíaca, la enfermedad de las arterias coronarias y los accidentes cerebrovasculares. Esta clase de fármacos modula la activación plaquetaria en el lugar de la lesión vascular, previniendo así la formación de coágulos sanguíneos.
La terapia antiplaquetaria eficaz puede reducir las consecuencias catastróficas de las enfermedades cardiovasculares, como los ataques cardíacos o los accidentes cerebrovasculares.
Durante la cirugía, la terapia antiplaquetaria continuada puede aumentar el riesgo de hemorragia, pero la interrupción de la terapia antiplaquetaria puede aumentar el riesgo de trombosis. Por lo tanto, los riesgos y beneficios de continuar versus suspender la medicación deben evaluarse cuidadosamente en pacientes sometidos a cirugía. Una revisión sistemática de 2018 encontró que, para la cirugía no cardíaca, el impacto de continuar o suspender la terapia antiplaquetaria sobre la mortalidad y los eventos hemorrágicos mayores fue modesto.
La eficacia de los medicamentos antiplaquetarios puede verse afectada por otros medicamentos, afecciones médicas y dieta. Algunos alimentos y suplementos, como la hierba de San Juan, el ajo y el ginkgo, pueden aumentar los efectos de los medicamentos antiplaquetarios, aumentando así el riesgo de hemorragia.
Evaluar y controlar adecuadamente el riesgo de hemorragia de un paciente es un paso muy importante en el cuidado dental, especialmente al desarrollar un plan de tratamiento.
La doble terapia antiplaquetaria juega un papel clave en el tratamiento de las enfermedades cardíacas, reduciendo la incidencia de eventos cardiovasculares. Cuando se enfrenta a diversas lesiones y riesgos, el personal médico debe equilibrar la eficacia del tratamiento con el riesgo de hemorragia. En tal situación, la situación de cada paciente es diferente, lo que nos recuerda que al implementar planes de tratamiento, ¿deberíamos ser más personalizados para abordar los diferentes desafíos de salud?