Con el avance de las técnicas quirúrgicas, la tasa de supervivencia de los pacientes ha mejorado enormemente; sin embargo, la evaluación de riesgos aún es necesaria, especialmente en pacientes que reciben terapia antiplaquetaria. Los medicamentos antiplaquetarios, como la aspirina y los inhibidores de ADP/P2Y, son eficaces para reducir la agregación plaquetaria y la formación de trombos, pero pueden aumentar el riesgo de sangrado durante la cirugía. Esta situación contradictoria plantea un desafío a los médicos. La decisión de suspender el tratamiento antiplaquetario antes de la cirugía o continuar usándolo se ha convertido en una cuestión importante en la toma de decisiones clínicas.
El uso de medicamentos antiplaquetarios es esencial para la prevención de enfermedades trombóticas como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, pero durante la cirugía, cómo equilibrar el riesgo de sangrado y el riesgo de trombosis aún requiere una consideración cuidadosa.
Los fármacos antiplaquetarios actúan mediante varios mecanismos diferentes para reducir la activación plaquetaria y, por tanto, reducir la formación de trombos. Estos medicamentos son esenciales para mejorar los resultados cardiovasculares existentes y prevenir eventos inesperados, particularmente en pacientes con angina estable e inestable. La terapia antiplaquetaria a menudo se adapta a las circunstancias del paciente y no se recomienda en pacientes de bajo riesgo para evitar el riesgo significativo de sangrado informado.
Manejo del tratamiento antiplaquetario preoperatorioEl equilibrio entre mantener el tratamiento antiplaquetario o suspenderlo durante una cirugía no cardíaca es difícil. Según una revisión Cochrane de 2018, no hubo diferencias significativas en los efectos de continuar versus suspender la terapia antiplaquetaria sobre la mortalidad, el sangrado mayor y los eventos isquémicos en pacientes sometidos a cirugía no cardíaca. Este resultado requiere que los médicos realicen una evaluación de riesgos en función de las circunstancias específicas de cada paciente.
En algunos casos, como en pacientes sometidos a implantación de stent o que acaban de completar una angioplastia, los médicos recomiendan suspender temporalmente la terapia antiplaquetaria antes de la cirugía.
Aunque el uso concomitante de agentes antiplaquetarios puede mejorar el efecto antitrombótico, como se muestra en la terapia antiplaquetaria dual (DAPT), el mayor riesgo de sangrado hace que este enfoque de tratamiento no sea adecuado para todos los pacientes. DAPT se refiere al uso de aspirina más un inhibidor de ADP. Para los pacientes con enfermedad cardiovascular de alto riesgo, como angina inestable e IMSEST, la DAPT es el tratamiento de segunda línea recomendado. Sin embargo, los médicos no suelen recetar esta terapia a pacientes de bajo riesgo.
La necesidad de terapia antiplaquetaria varía según los diferentes tipos de cirugía. Por ejemplo, durante una cirugía cardíaca, se aconseja a los pacientes que reanuden la terapia antiplaquetaria inmediatamente después de la cirugía; mientras que en algunas cirugías ortopédicas, esto se puede hacer de manera flexible dependiendo de la condición del paciente. Al elaborar un plan quirúrgico, los médicos deben considerar los requisitos especiales de cada paciente y la urgencia de la operación para poder ajustar mejor el plan de terapia antiplaquetaria.
En el caso de los pacientes que reciben terapia antiplaquetaria, los dentistas deben ser especialmente conscientes del riesgo de sangrado al planificar cualquier tratamiento que pueda causar sangrado. Los médicos evalúan el riesgo de sangrado de los pacientes y toman las medidas necesarias para reducir las posibles complicaciones, que pueden afectar la elección y el enfoque del tratamiento.
ConclusiónEn resumen, la terapia antiplaquetaria conlleva múltiples riesgos durante la cirugía. Los médicos deben considerar exhaustivamente el riesgo de sangrado y trombosis y realizar la gestión de riesgos necesaria al formular estrategias clínicas. La seguridad del paciente siempre debe ser lo primero. Aún es necesario considerar cuidadosamente si el uso de antiplaquetarios realmente vale el riesgo y si puede ofrecer a los pacientes el mejor resultado después de la cirugía.