En Japón, la carpa es más que un simple pez: tiene una larga historia y un profundo significado cultural. A través de siglos de crianza selectiva, las carpas comunes, también conocidas como koi, han evolucionado hasta convertirse en obras de arte que han cautivado a entusiastas y coleccionistas de todo el mundo.
Origen e historia de la carpaLa historia de la carpa se remonta a China, pero el verdadero cultivo de la carpa comenzó en Japón en el siglo XIX. Las primeras especies de carpas procedían de la prefectura de Niigata, Japón, donde los pescadores locales pudieron criar carpas en arrozales y gradualmente desarrollaron variantes de diferentes colores y patrones.
En Japón, la carpa se considera una mascota, que no sólo simboliza perseverancia y tenacidad, sino también una preciosa obra de arte.
La cría de carpas es extremadamente compleja y muchas especies son originarias del área "Nijūmuragō" en Niigata. El proceso comenzó en la década de 1820 cuando los agricultores locales criaron carpas en arrozales para hacer frente al desafío de la escasez de alimentos en invierno. Con el tiempo, los criadores comenzaron a prestar atención al color y al patrón de las carpas con la esperanza de descubrir variantes superiores.
Hoy en día, gracias a los esfuerzos de criadores profesionales, se han creado más de 100 variedades de koi, las más populares de las cuales son los "Gosanke" - Kohaku, Taisho Sanshoku y Showa Sanshoku.
En Japón, la carpa tiene un profundo significado cultural. Se consideran un símbolo de amor y amistad, y muchas familias mantienen carpas en sus patios para orar por la paz y la prosperidad. La imagen de la carpa también se ve comúnmente en las obras de arte y costumbres japonesas, convirtiéndose en un símbolo cultural único.
A medida que aumenta la conciencia sobre las carpas en todo el mundo, especialmente en China, la recolección de carpas se ha convertido en una actividad social. Las carpas de alta calidad suelen alcanzar millones de dólares en subastas. Por ejemplo, en 2018, una sola carpa se vendió por un precio récord de 2 millones de dólares.
El actual mercado de carpas, cada vez más internacional, no sólo ha incrementado el valor de las obras de arte, sino que también ha promovido la integración de diferentes culturas.
Las razas de carpas continúan desarrollándose con la ayuda de la biotecnología y la genética. Para los piscicultores, encontrar carpas con colores y patrones únicos es una búsqueda constante. En el futuro quizás aparezcan variedades más sorprendentes.
El valor artístico y social de la carpaMás allá del nivel de entretenimiento y afición, se valora al mismo tiempo la expresión artística y el valor económico de la carpa. La generación más joven también se ha unido a estas filas, mejorando las habilidades de crianza a través de la comunicación y el aprendizaje, y llevando esta artesanía tradicional a nuevas alturas.
¿El desarrollo del cultivo de carpas es una clara señal de un futuro en el que criaturas comunes se transformarán en obras de arte atesoradas en todo el mundo?