Horrible dolor de cabeza en forma de trueno: ¿Cuál es la historia detrás de la hemorragia submeníngea?

La hemorragia subaracnoidea (HSA) es una afección potencialmente mortal que a menudo se asocia con dolores de cabeza intensos. Este tipo de dolor de cabeza se llama "dolor de cabeza en trueno" porque aparece de manera muy repentina y violenta. La causa subyacente de esta afección suele estar relacionada con la rotura de un aneurisma cerebral, pero un traumatismo craneoencefálico o una hemorragia espontánea también pueden desencadenar la afección. Las investigaciones muestran que aproximadamente una quinta parte de las hemorragias submeníngeas espontáneas se deben a la presencia de un aneurisma, y ​​otros factores, como la presión arterial alta y el consumo de drogas, también pueden aumentar el riesgo.

Un dolor de cabeza atronador, que instantáneamente es insoportable y está acompañado de múltiples síntomas como náuseas, disminución de la conciencia o ataques epilépticos, es la manifestación más típica de hemorragia submeníngea.

Síntomas de hemorragia submeníngea

El síntoma más típico es un dolor de cabeza repentino y atronador que a veces se describe como "como si me hubieran dado un puñetazo" o "el peor dolor de cabeza de mi vida". Aproximadamente un tercio de los pacientes no presentan síntomas importantes aparte del dolor de cabeza, mientras que alrededor de una décima parte de los pacientes finalmente reciben un diagnóstico de hemorragia submeníngea. Además de los dolores de cabeza, otros síntomas incluyen vómitos, confusión y rigidez o dolor de cuello. Estos síntomas pueden aparecer a las pocas horas de sangrar, especialmente rigidez en el cuello, que suele aparecer dentro de las seis horas posteriores al inicio del dolor de cabeza.

Causas de la hemorragia submeníngea

La mayoría de los casos de hemorragia submeníngea son causados ​​por un traumatismo craneoencefálico o por rotura espontánea de aneurismas cerebrales. Los aneurismas generalmente ocurren debido a la debilidad en las paredes de los vasos sanguíneos cerebrales, y estas arterias son más comunes en los círculos del cerebro (es decir, el círculo de Willis y sus ramas). Puede producirse hemorragia espontánea incluso en ausencia de un aneurisma, incluida la hemorragia mesocerebral periférica no aneurismática y otras anomalías vasculares.

Métodos de diagnóstico y exploración

Para pacientes con sospecha de hemorragia submeníngea, la prueba preferida es una tomografía computarizada (TC) sin contraste. Las investigaciones muestran que si se realiza una tomografía computarizada dentro de las seis horas posteriores a la primera aparición de los síntomas, la tasa de detección de HSA llega al 98,7%. Si los resultados de la TC son normales y los síntomas persisten, se debe considerar una punción lumbar para comprobar el líquido cefalorraquídeo.

La tomografía computarizada es actualmente la mejor herramienta para evaluar la hemorragia submeníngea, pero si el retraso es demasiado largo, la resonancia magnética (MRI) puede proporcionar una mayor sensibilidad.

Tratamiento y Manejo

El tratamiento de la hemorragia submeníngea se centra en controlar los signos vitales lo más rápido posible y prevenir la recurrencia del sangrado. Por lo general, los pacientes necesitan ser admitidos en la unidad de cuidados intensivos y controlar continuamente su presión arterial, frecuencia cardíaca y función neurológica. Las opciones de tratamiento incluyen neurocirugía o terapia de flexión endovascular para reparar el aneurisma roto y medicamentos para controlar la presión arterial si es necesario. Si el paciente presenta deterioro mental o sangrado excesivo, es posible que se requiera drenaje ventricular externo para reducir la presión intracraneal.

Pronóstico y precauciones

El pronóstico de la hemorragia submeníngea es generalmente malo y se estima que aproximadamente la mitad de los pacientes mueren dentro de los 30 días posteriores a la hemorragia. Incluso entre los que sobreviven, alrededor de un tercio tendrá problemas de salud a largo plazo. La hemorragia submeníngea espontánea ocurre en aproximadamente 100.000 personas por año y ocurre con más frecuencia en mujeres que en hombres. La hemorragia submeníngea se detecta por primera vez en la mayoría de los pacientes menores de 55 años, por lo que es importante comprender y reconocer los síntomas de la enfermedad.

Si a alguien le sucediera un gran dolor de cabeza, ¿cómo reaccionaría? Todo el mundo puede enfrentar desafíos como este, pero ¿es consciente de la posibilidad de sufrir una hemorragia submeníngea?

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