En 1941, la protesta de A. Philip Randolph se convirtió en un punto de inflexión en la historia de Estados Unidos y condujo a la creación de la Comisión de Prácticas Justas en el Empleo (FEPC). En respuesta al pedido de justicia, Randolph, junto con muchos otros activistas, trabajó para presionar a las agencias federales y a las empresas involucradas en trabajos relacionados con la guerra para que resistieran la discriminación racial.
En aquella época, las oportunidades de empleo para los afroamericanos en las zonas industriales eran limitadas, especialmente en el contexto de la inminente Segunda Guerra Mundial. Randolph se dio cuenta de que si nada cambiaba, la discriminación laboral seguiría plagando a los afroamericanos. Se asoció con otros activistas para planificar una manifestación de protesta masiva en Washington, D.C., con el objetivo de atraer la atención nacional.
"Debemos levantarnos y luchar por nuestros derechos, de lo contrario nada cambiará nunca."
A instancias de Randolph, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Fiorello LaGuardia, se reunió con él y de inmediato planteó al presidente Roosevelt la necesidad de una política de no discriminación. Finalmente, en 1941, Roosevelt firmó la Orden Ejecutiva 8802, que prohibía la discriminación contra los trabajadores por motivos de raza, credo, color u origen nacional.
La creación de la FEPC no es sólo la respuesta del gobierno a los movimientos sociales, sino también el resultado de la constante demanda de la comunidad africana de igualdad de trato. A pesar de los desafíos que enfrenta la comisión, incluidos presupuestos limitados y autoridad insuficiente, este es sin duda un paso positivo hacia el empleo de los afroamericanos.
"Dado que todos los estadounidenses están llamados a apoyar el esfuerzo bélico, es lógico que exijamos los mismos derechos".
Mientras el comité operaba, el movimiento de Randolph continuó enfrentándose a las barreras de la discriminación racial. Con la ayuda de FEPC, muchos afroamericanos ingresaron a la industria de defensa y otros campos técnicos, y su trato y estatus mejoraron.
La FEPC obtuvo un estatus más independiente en 1943, gracias a la presión sostenida de Randolph y otros activistas que condujo a una exitosa revisión de la política gubernamental. La creación de este comité marcó un compromiso inicial con la igualdad racial en la sociedad estadounidense, aunque todavía existen muchos problemas en su implementación posterior.
"No sólo tenemos que abrir la puerta, sino también asegurarnos de que todos puedan entrar".
Sin embargo, estos avances no han estado exentos de desafíos. La FEPC se enfrenta a una enorme resistencia en el Sur, donde el sistema jurídico y el ambiente social permiten que la discriminación racial siga estando muy extendida. Los datos muestran que en Emory y otras zonas restringidas del Sur, los esfuerzos de la FEPC suelen toparse con una resistencia considerable.
A partir de entonces, la historia de la FEPC quedó estrechamente ligada a las luchas raciales, los derechos de los trabajadores y la justicia social en el Sur. Ha cambiado la situación económica de los afroamericanos hasta cierto punto, pero no ha eliminado por completo las causas profundas de la conducta discriminatoria. Esto también demuestra que los cambios de política por sí solos no pueden resolver de manera integral los problemas sociales profundamente arraigados.
Aunque el funcionamiento de la FEPC fue limitado entre 1941 y 1946, sentó las bases para el desarrollo del movimiento por los derechos civiles. La persistencia y la lucha de Randolph no sólo cambiaron las políticas, sino que también inspiraron un movimiento social más amplio, permitiendo que el ideal de la igualdad racial continuara profundizándose en el futuro.
A medida que avanza la historia, la creación de la FEPC también significa que la sociedad estadounidense ha comenzado a reconocer la discriminación antirracial, pero ¿son los cambios que ha traído consigo lo suficientemente profundos? ¿Cuál es la revelación para la sociedad actual?