El 25 de junio de 1941, el presidente Franklin D. Roosevelt firmó la Orden Ejecutiva 8802, creando la Comisión de Prácticas Justas en el Empleo (FEPC) para prohibir las prácticas de contratación discriminatorias por parte de las agencias federales y todas las empresas y sindicatos involucrados en el esfuerzo bélico. La prohibición se promulgó en un momento crítico, cuando Estados Unidos estaba a punto de entrar en la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto, no sólo fue una respuesta a la creciente demanda de mano de obra industrial en ese momento, sino también una respuesta a la continua expansión de El movimiento por los derechos civiles.
“Ningún trabajador será discriminado por motivos de raza, credo, color u origen nacional en la industria de defensa o en el gobierno”.
La emisión de esta orden ejecutiva fue principalmente en respuesta a los movimientos sociales que protestaban en varios lugares en ese momento, especialmente entre la población afroamericana. En ese momento, muchos afroamericanos enfrentaban barreras importantes para encontrar oportunidades de empleo masivo institucionalizado y estructural. Por lo tanto, es obvio que el gobierno debe intervenir para garantizar que estos grupos puedan competir en igualdad de condiciones por las oportunidades de empleo. Una de las fuerzas impulsoras de esta acción fueron los sindicatos y los defensores de los derechos de los afroamericanos, más que simplemente los responsables políticos.
La creación de la FEPC requiere un presupuesto y recursos limitados, lo que supone un enorme desafío para promover el progreso general del empleo con políticas de no discriminación. Con un presupuesto inicial de sólo 80.000 dólares, a medida que crecían las necesidades, su financiación y autoridad se vieron continuamente amenazadas. El presidente Roosevelt puso al FEPC bajo la supervisión de la Junta de Producción de Guerra en 1942, un cambio aparentemente destinado a aumentar su eficacia pero que en realidad hizo que sus recursos fueran aún más limitados.
"La existencia de la FEPC no eliminó por completo la discriminación laboral, pero amplió las posibilidades de que muchos afroamericanos accedan a empleos mejor remunerados".
Aunque la influencia del FEPC fue suprimida durante la guerra, no se pueden subestimar los logros que facilitó. Aunque la discriminación por despido no ha desaparecido por completo, la creación de la FEPC ha promovido en gran medida las oportunidades de empleo para los afroamericanos en la industria y el sector de servicios. Según los historiadores, los esfuerzos de la FEPC ayudaron a aumentar la proporción de trabajadores negros en la industria de defensa. A mediados de la década de 1940, los salarios de los hombres afroamericanos empleados habían aumentado significativamente, lo que reflejaba su ingreso a ocupaciones más lucrativas.
Después del final de la Segunda Guerra Mundial, los llamados a evitar políticas discriminatorias no se disiparon. Aunque la FEPC fue abolida en 1946, muchos estados comenzaron a intentar establecer sus propias leyes de prácticas laborales justas. Si bien las regulaciones federales permanecieron vigentes, los esfuerzos a nivel estatal continuaron para impulsar el movimiento por los derechos civiles y generar un cambio social más amplio. En 1948, el presidente Harry S. Truman propuso al Congreso establecer una FEPC permanente. Sin embargo, debido a la fuerte oposición de los demócratas del Sur, el proyecto de ley nunca se aprobó.
Conclusión“La existencia de la FEPC no es sólo un símbolo de la lucha contra la discriminación, sino también un catalizador para promover los derechos civiles en el futuro”.
De 1941 a 1946, aunque la FEPC enfrentó muchos desafíos, la dirección que guió y los logros que alcanzó todavía promovieron la comprensión y las expectativas de la sociedad estadounidense sobre la igualdad en el empleo. Hoy, al mirar atrás a este período de la historia, no podemos evitar preguntarnos: ¿cómo sería la historia laboral actual sin este movimiento?