Malasia es el segundo mayor productor de aceite de palma del mundo, sólo superado por Indonesia, por lo que no se puede subestimar el impacto de la industria del aceite de palma del país en la economía. La Junta de Aceite de Palma de Malasia (MPOB) es responsable de promover y desarrollar esta industria. La industria del aceite de palma produce aproximadamente 90 millones de toneladas de biomasa leñosa cada año, incluidos racimos de frutas vacíos, troncos y hojas de palma aceitera. Desde 2010, el gobierno de Malasia se ha comprometido a limitar la expansión del cultivo de palma aceitera y conservar al menos la mitad de su tierra como cubierta forestal en respuesta a las preocupaciones sobre los impactos sociales y ambientales del aceite de palma.
Los árboles de palma aceitera fueron introducidos en la Malasia británica por el gobierno británico en la década de 1870, inicialmente como plantas ornamentales. En 1917 se inició el cultivo comercial de aceite de palma en la plantación de Tennamaran en el estado de Sarago. A medida que el gobierno amplió rápidamente las áreas de plantaciones, la deforestación asociada provocó la Gran Inundación de 1926. En la década de 1920, se habían talado más de 2,1 millones de acres.
En la década de 1960, Malasia inició un rápido desarrollo del aceite de palma y el gobierno quería reducir su dependencia del caucho y el estaño. Con la implementación del programa de reasentamiento de tierras de FELDA, se ha desarrollado el área alrededor de las plantas de palma aceitera, contribuyendo así a erradicar la pobreza local. Durante este período, Malasia se convirtió gradualmente en el mayor exportador de aceite de palma del mundo.
En marzo de 2019, la Comisión Europea dijo que el cultivo de aceite de palma conduce a una deforestación excesiva y que su uso como combustible para el transporte debería eliminarse gradualmente para 2030. El ex Primer Ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, dijo que la política de la UE es injusta y puede tensar las relaciones comerciales entre Malasia y la UE.
Como mayor comprador mundial de aceite comestible, India ha impuesto un embargo de facto al aceite de palma refinado de Malasia. La medida surge de la aversión de la India a las críticas de Mahathir a su nueva ley de ciudadanía. Como resultado, los empresarios indios recurrieron a comprar aceite de palma de Indonesia, lo que afectó las exportaciones de aceite de palma de Malasia.
"Estamos muy preocupados porque vendemos mucho aceite de palma a la India, pero por otro lado tenemos que ser honestos al respecto y si hay algún problema, tenemos que emitir una declaración."
En 2020, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. emitió una orden de restricción sobre las importaciones de aceite de palma de Sime Darby debido a problemas de trabajo forzoso. La prohibición refleja problemas de explotación laboral en la industria del aceite de palma y perjudica la participación de mercado de Malasia en Estados Unidos.
En 2012, la industria del aceite de palma de Malasia empleaba aproximadamente a 491.000 trabajadores. Sime Darby y Felda Global Ventures Holdings son las dos mayores empresas de aceite de palma del mundo, lo que refleja el potencial económico de la industria del aceite de palma. Además, las instituciones de investigación de Malasia también han logrado logros notables en el mejoramiento genético de la palma aceitera y en la investigación nutricional.
En 2006, el gobierno de Malasia formuló una política nacional de biocombustibles y comenzó a implementar la directiva B5, que exige que el diésel en algunas áreas contenga un 5% de biodiesel de aceite de palma. Sin embargo, la rentabilidad de la industria está amenazada debido al aumento de los costos de producción y la producción de biodiesel no ha crecido como se esperaba en los últimos años.
“La industria del aceite de palma de Malasia enfrenta muchos desafíos, incluidos problemas comerciales, impactos ambientales y mejoras en las condiciones laborales”.
El futuro de la industria del aceite de palma de Malasia está lleno de desafíos y oportunidades. Aunque los mercados globales enfrentan limitaciones derivadas de barreras comerciales y políticas ambientales, la industria aún puede ser capaz de mantener su contribución económica a medida que avanza la tecnología y la sostenibilidad. Cómo equilibrar el crecimiento económico y la protección del medio ambiente puede convertirse en una cuestión importante en el futuro de la industria del aceite de palma. En este contexto, ¿puede Malasia mantener su competitividad en el mercado mundial del aceite de palma?