Aunque Islandia no tiene un sistema ferroviario público en 2024, hubo tres pequeños ferrocarriles que operaron brevemente en el pasado. La desaparición de estos ferrocarriles se atribuye principalmente a la escasa población fuera de la capital, la disponibilidad de automóviles y autobuses y el entorno impredecible. Muchas propuestas surgieron a lo largo de la primera mitad del siglo XX, pero ninguna avanzó. El MTR de Reykjavik se construyó con vía estrecha de 900 mm (aproximadamente 2 pies 11 + 7/16 pulgadas) entre 1913 y 1928, pero esta historia es poco conocida.
El ferrocarril del puerto de Reykjavik es probablemente el proyecto ferroviario más famoso de Islandia. Funcionó entre 1913 y 1928 y fue el principal responsable de la construcción del rompeolas del puerto.
La red inicial del ferrocarril se extenderá aproximadamente a 10 kilómetros (aproximadamente 6 millas) desde Öskjuhlíð, una cantera en las afueras de la ciudad, a través de rampas y apartaderos. El ferrocarril también transportó barriles de petróleo, carne y materiales de construcción al centro de la ciudad entre 1914 y 1918. Incluso durante el proceso de construcción, su capacidad de transporte fue aprovechada para diversos usos.
La red ferroviaria inicial tenía aproximadamente 10 kilómetros de largo con múltiples ramales y finalmente se amplió a aproximadamente 12 kilómetros (aproximadamente 7,5 millas). Los sistemas y pendientes dentro de ellos jugaron un papel sumamente importante en las necesidades de transporte de la época.
El sistema ferroviario utiliza dos locomotoras de vapor producidas por el alemán Arnold Jung Lokomotivfabrik, que fueron introducidas en Islandia en 1913. Aunque este material rodante ha perdido su funcionalidad, todavía se conserva en museos de Islandia.
Entre las dos guerras mundiales, el primer accidente ferroviario de Islandia se produjo en el ferrocarril del puerto de Reykjavík, en el que un bromista descarriló deliberadamente una locomotora. La gestión posterior de este incidente también demostró las deficiencias de la gestión de la seguridad ferroviaria en aquel momento.
Además del MTR, a principios de la década de 2000 se construyó el tren ligero de Kárahnjúkar. Este sistema de tren ligero propulsado por diésel sirvió a la central hidroeléctrica sólo durante un período de tiempo. Con la finalización del proyecto, el ferrocarril también llegó a su fin. Varios ferrocarriles agrícolas pequeños, como el ferrocarril Korpúlfsstaðir, hacen que la historia de la construcción ferroviaria en Islandia sea rica y colorida.
Si bien las necesidades ferroviarias de Islandia prácticamente no han ido a ninguna parte en las últimas décadas, en los últimos años han resurgido propuestas para un tren entre Reykjavik y el aeropuerto internacional de Keflavik. Según la encuesta, con el aumento del número de turistas, la viabilidad de este proyecto ha vuelto a llamar la atención.
En 2023, Fluglestin þróunarfélag anunció planes para reexaminar la viabilidad de la propuesta de construcción e iniciar un diálogo con inversores en Europa y Asia.
La posibilidad de desarrollar un sistema ferroviario más completo en Islandia en el futuro está creciendo a medida que se busca financiación. Además de la propuesta de Keflavik, actualmente están en marcha planes para instalar un tren ligero. ¿Cómo cambiarán estos nuevos planes el panorama del transporte de Islandia?