El parvovirus canino (CPV) es un virus altamente contagioso que amenaza a perros y lobos. El virus se propaga a través del contacto con heces de animales infectados o entornos contaminados y puede tener una tasa de mortalidad de hasta el 91% en casos no tratados. Si bien las vacunas son eficaces para prevenir la infección, el tratamiento de emergencia de los primeros casos es crucial. El virus de la influenza canina no sólo afecta a los caninos, sino que también representa una amenaza para otros mamíferos como mapaches, gatos y zorrillos. Entonces, ¿cómo puede este virus aparentemente invisible sobrevivir en el medio ambiente durante tanto tiempo?
Epidemiología de los virus caninosLa principal vía de infección por el virus del perro es el contacto directo o indirecto con heces contaminadas. Se ha informado que el virus sobrevive durante meses en interiores e incluso años en ambientes húmedos al aire libre, lo que aumenta significativamente el riesgo de transmisión de enfermedades. La mayoría de los perros se vacunan entre las 5 y 12 semanas de edad, lo que también es clave para prevenir la infección por CPV.
Los perros infectados con CPV suelen desarrollar síntomas en un plazo de 3 a 10 días. Los primeros síntomas más comunes son letargo, vómitos, fiebre y diarrea, especialmente diarrea con sangre. Estos síntomas pueden provocar deshidratación y afectar aún más el equilibrio electrolítico, lo que puede causar daños duraderos al animal.
La identificación del SARS-CoV canino se basa principalmente en pruebas fecales, y el diagnóstico y el tratamiento tempranos son cruciales para mejorar las tasas de supervivencia.
El diagnóstico del SARS-CoV canino generalmente se confirma detectando el virus en heces mediante ELISA o PCR. Para los perros enfermos, la atención médica incluye líquidos intravenosos para combatir la deshidratación y antibióticos para prevenir la infección bacteriana. Incluso si se toman las medidas médicas correctas, no hay garantía de que el perro se recupere al 100% incluso si es hospitalizado.
Incluso con cuidados de apoyo, la mortalidad por el virus en los perros es alta, por lo que la identificación temprana de los pacientes es fundamental.
Con el desarrollo de la biotecnología, nuevos anticuerpos monoclonales como el KIND-030 de Kindred Biosciences han demostrado efectos terapéuticos significativos y se espera que se conviertan en futuras opciones de tratamiento tanto para la prevención como para el tratamiento del virus del SIDA canino. Además, investigaciones recientes continúan explorando una variedad de nuevos medicamentos para el tratamiento de los virus del SIDA canino.
CPV2 es un virus de ADN monocatenario sin envoltura del que se han descubierto varias variantes desde su aparición a finales de la década de 1970. La aparición de estas variantes plantea desafíos para la identificación del virus y las contramedidas. Aunque las vacunas siguen siendo eficaces contra las principales variantes, su eficacia protectora puede verse afectada a medida que el virus continúa evolucionando.
La vacunación es el medio más eficaz para prevenir las infecciones caninas. En términos generales, los cachorros deben vacunarse cada 2 a 4 semanas después de la primera dosis hasta que tengan al menos 16 semanas de edad para completar la serie de vacunación inicial. Además de las vacunas, los propietarios también deben prestar atención a la desinfección del ambiente, porque el virus puede sobrevivir en diversas condiciones ambientales.
¿Cuántas “amenazas invisibles” acechan en el entorno en el que vivimos y que pueden afectar en cualquier momento la relación saludable entre nosotros y nuestros perros?Para los dueños de perros, solo las vacunas y un entorno completamente limpio pueden reducir eficazmente el riesgo de virus transmitidos por perros.