Los receptores similares a inmunoglobulinas (KIR) de células asesinas son un grupo de glicoproteínas transmembrana tipo 1 expresadas en células asesinas naturales (células NK) y una pequeña cantidad de células T. Estos receptores desempeñan un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico, particularmente en la distinción de las células sanas de las enfermas. La diversidad de KIR no es sólo un reflejo de la composición genética, sino también una comprensión más profunda de su papel en la protección inmune.
Los receptores KIR reconocen variantes alélicas del MHC I, lo que les permite detectar células infectadas o transformadas por virus.
En los seres humanos, el gen KIR está codificado por el complejo de receptor inmunológico (LRC) ubicado en una ubicación específica del cromosoma 19. Esta región KIR tiene aproximadamente 150 kilobases y contiene 14 loci de genes, incluidos 7 genes codificadores de proteínas y 2 pseudogenes. Este alto grado de diversidad significa que aproximadamente el 2% de los individuos no relacionados comparten el mismo genotipo KIR.
La diversidad de KIR refleja el estrés que los virus en rápida evolución ejercen sobre el sistema inmunológico humano.
Las funciones de los receptores KIR se pueden dividir en funciones inhibidoras y activadoras. La mayoría de los KIR son inhibidores. Estos receptores inhiben la citotoxicidad de las células NK después de reconocer moléculas de MHC propias, mientras que los receptores activadores promueven la activación de las células NK después de reconocer antígenos mutantes o no propios. Durante el desarrollo de las células NK, existe un "proceso educativo" que cambia la expresión de KIR para maximizar el equilibrio entre defensa y autotolerancia.
La diversidad y complejidad de estos receptores es fundamental para el papel de las células NK en el reconocimiento de diferentes tipos de células. El proceso de toma de decisiones de las células NK depende de la combinación de receptores que expresan. El resultado es que diferentes individuos pueden responder de manera muy diferente al mismo entorno inmunológico, lo que hace que el estudio de las aplicaciones KIR sea extremadamente importante en múltiples industrias.
El papel de KIR en el sistema inmunológico no se limita a la protección contra infecciones virales, sino que también implica susceptibilidad a enfermedades autoinmunes y cáncer.
Con la profundización de la investigación contemporánea, hemos descubierto que la diversidad de receptores KIR está estrechamente relacionada con la epidemiología humana. Ciertos grupos pueden mostrar diferentes vulnerabilidades o protecciones contra diferentes enfermedades debido a sus genotipos. Por ejemplo, un genotipo supresor dominante KIR puede hacer que un individuo sea más susceptible a una infección viral, pero en algunos casos reduce el riesgo de enfermedad autoinmune.
Por otro lado, los genotipos con KIR activador pueden aumentar la capacidad de matar virus y tumores, pero también pueden aumentar el riesgo de enfermedades autoinmunes. Estas propiedades requieren más investigación para comprender los mecanismos detrás de ellas y cómo este conocimiento puede usarse clínicamente para mejorar los resultados de los pacientes.
Muchos estudios recientes han explorado el uso de KIR como modo de activación alternativo en la terapia con células T con CAR.
A medida que la terapia celular en el tratamiento del cáncer se convierte en un tema candente, el potencial de KIR también ha recibido amplia atención. Al incorporar KIR en la tecnología de células T CAR, los científicos esperan mejorar el poder destructivo y de focalización de las terapias contra las células cancerosas.
El desempeño de KIR en las pruebas puede brindar nuevas oportunidades para tratamientos contra el cáncer sin resolver, pero aún se necesitan más datos clínicos para demostrar su seguridad y eficacia.
El desarrollo de la ciencia y la tecnología y nuestra comprensión cada vez más profunda de la diversidad de KIR nos permitirán utilizar mejor estos receptores inmunes y así mejorar el tratamiento de muchas enfermedades. En diferentes contextos culturales, geográficos y genéticos, ¿KIR cambiará nuestras futuras estrategias inmunes y predicciones de enfermedades?