Las ideas suicidas, o pensamientos sobre la posibilidad de suicidio, no son un diagnóstico, sino un síntoma de una variedad de enfermedades mentales. Según los informes, los pensamientos suicidas van desde pensamientos fugaces hasta planes detallados y son un peligro potencial al que se enfrentan muchas personas. Los investigadores de salud mental dicen que comprender las enfermedades mentales asociadas con pensamientos suicidas es importante para desarrollar medidas preventivas.
Muchas personas que enfrentan enfermedades mentales o eventos vitales adversos pueden experimentar pensamientos suicidas, pero esto no significa que se suicidarán.
Según encuestas, aproximadamente 8,3 millones de adultos en los Estados Unidos informaron haber tenido pensamientos suicidas entre 2008 y 2009. En 2019, aproximadamente 12 millones de adultos consideraron seriamente el suicidio y más de 47.500 personas perdieron la vida. Estos datos reflejan que los pensamientos suicidas son igualmente comunes entre los adolescentes y están especialmente relacionados con enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad.
Según la CIE-11, la ideación suicida es la idea de acabar con la propia vida. De manera similar, el DSM-5 describe los pensamientos autodestructivos como un proceso de consideración y planificación deliberadas. Este fenómeno también suele denominarse pensamientos suicidas o pensamientos intrusivos en la comunidad de psicólogos.
"Existen fuertes riesgos y los factores que pueden llevar a pensamientos suicidas se dividen en tres categorías: enfermedades mentales, acontecimientos de la vida e antecedentes familiares."
Múltiples estudios han demostrado una fuerte relación entre las enfermedades mentales y los pensamientos suicidas. Entre los pacientes con trastorno límite de la personalidad, el 73% ha intentado suicidarse y la mayoría muestra conductas suicidas repetidas. Además, las siguientes enfermedades mentales de mayor riesgo también se asocian con pensamientos suicidas:
Los fármacos antidepresivos se utilizan ampliamente en la práctica clínica y tienen efectos significativos en la mejora de los síntomas de la depresión moderada a grave, pero algunos estudios han señalado que pueden desencadenar pensamientos suicidas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos emitió una advertencia sobre todos los antidepresivos en 2003 debido a su relación con el comportamiento suicida. Además, la automedicación y el abuso de alcohol también son factores de riesgo de pensamientos suicidas.
Muchos acontecimientos de la vida pueden aumentar significativamente el riesgo de pensamientos suicidas, como la pérdida del trabajo, una enfermedad crónica, la ruptura de una relación, etc. Los expertos en salud mental señalan que estos eventos pueden tener un impacto significativo en el estado mental, lo que puede conducir a pensamientos suicidas.
Las investigaciones muestran que los niños cuyos padres tienen antecedentes de depresión tienen un mayor riesgo de tener pensamientos suicidas. Especialmente durante la adolescencia, una relación estrecha con los padres puede reducir eficazmente la aparición de estos pensamientos, y el apoyo de los padres es crucial para la salud mental de los adolescentes.
La detección e intervención tempranas son clave para prevenir pensamientos y conductas suicidas. Las investigaciones muestran que la mayoría de las personas que han muerto por suicidio en el pasado tenían antecedentes de enfermedad mental, pero sólo una minoría había recibido tratamiento. Por lo tanto, es crucial mejorar la popularidad del conocimiento sobre salud mental y la detección temprana.
Para el manejo de pensamientos suicidas, la psicoterapia, la hospitalización y la medicación son tratamientos comunes. Ya sea que se reciba asesoramiento psicológico o medicación, un plan de tratamiento individualizado debe abordar eficazmente la situación específica del paciente.
Afrontar la aparición de pensamientos suicidas y buscar apoyo y ayuda oportuna son temas que todo el mundo debería aprender. Esto no es sólo para protegerse, sino también para respetar la vida. ¿Estás listo para comprender y preocuparte por la salud mental de quienes te rodean?