Entre muchas enfermedades del sistema inmunológico, el síndrome de activación de mastocitos (MCAS) se destaca y se ha convertido en el foco de atención. Esta afección se caracteriza por la liberación excesiva de mediadores químicos, como la histamina, por parte de los mastocitos, lo que da lugar a una serie de síntomas persistentes que pueden incluso derivar en un shock anafiláctico o casi shock.
Los síntomas del MCAS pueden afectar múltiples sistemas, incluidos los sistemas cardiovascular, cutáneo, digestivo, nervioso y respiratorio.
Dado que los eventos de desgranulación de mastocitos pueden desencadenarse en diferentes partes del cuerpo, las manifestaciones del MCAS pueden variar. Los pacientes pueden experimentar síntomas que van desde malestar digestivo hasta dolor crónico y problemas psicológicos o reacciones alérgicas. La intensidad y duración de estos síntomas también pueden variar con el tiempo.
Los síntomas comunes incluyen: enrojecimiento de la piel, urticaria, fácil aparición de hematomas, problemas cardiovasculares, malestar gastrointestinal, problemas neuropsiquiátricos y síntomas respiratorios.
Los mastocitos pueden activarse por diversas razones, incluidas reacciones alérgicas. La genética puede desempeñar un papel, en particular las mutaciones en el gen KIT, que se han vinculado a los síntomas en pacientes con MCAS. Estas mutaciones hacen que los mastocitos sean más propensos a liberar mediadores químicos que pueden causar una variedad de problemas de salud.
Los síntomas del MCAS se deben principalmente a la liberación excesiva de mediadores químicos de los mastocitos, como leucotrienos, histamina y prostaglandinas.
La activación sistémica de los mastocitos afecta a dos o más sistemas orgánicos simultáneamente, con los síntomas consiguientes.
El diagnóstico del MCAS suele ser complicado porque los síntomas son variados y a menudo inespecíficos. Los criterios diagnósticos propuestos en 2010 y 2019 han sido revisados y recibieron el código de Clasificación Internacional de Enfermedades en 2016.
La clave para diagnosticar el MCAS es confirmar la gravedad de los síntomas multisistémicos, el aumento de los mediadores químicos de los mastocitos y la respuesta de los síntomas a los medicamentos adecuados.
Actualmente, existen varios tratamientos para el MCAS, incluidos antihistamínicos, estabilizadores de mastocitos y anticuerpos monoclonales. Estos medicamentos pueden aliviar eficazmente los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Los medicamentos de tratamiento más comunes incluyen antihistamínicos, estabilizadores de mastocitos y medicamentos antileucotrienos.Pronóstico y antecedentes
El pronóstico del síndrome de MCAS sigue siendo incierto. La primera hipótesis sobre esta afección fue formulada por un farmacólogo de la Universidad de Vanderbilt en 1991, pero no se le dio un nombre oficial hasta 2007. Las investigaciones realizadas durante este tiempo han proporcionado nuevos conocimientos sobre el papel de los mastocitos en las respuestas alérgicas.
Como se trata de una enfermedad relativamente nueva, el descubrimiento frecuente del MCAS ha desencadenado debates profundos sobre el sistema inmunológico, y también surge la pregunta: ¿Por qué nuestro sistema inmunológico es tan sensible en un entorno en constante cambio?